Respeto por el sistema democrático de los colombianos llama a reconocer la victoria del Pacto Histórico en los comicios, decisión de 11.281.013 colombianos, que representan el 50.44% de los votos, es que Colombia de un giro a la izquierda y se sume a las mieles del socialismo del siglo XXI. Incertidumbre con lo que está por venir plantea un gran reto para quienes serán gobierno desde el 7 de agosto de 2022, mitomanía que caracteriza al presidente electo de los colombianos debe ser contrastada con el nombramiento de un ejecutivo que brinde estabilidad jurídica a la nación, éxodo de capitales y ciudadanos que ya se vislumbra debe ser atajado con decisiones estratégicas rápidas que apacigüen el profundo inconformismo social y garanticen la reconstrucción de una maltrecha economía. Credibilidad en la institucionalidad estará sujeta a que el gobierno propuesto por Gustavo Petro sea capaz de desmarcarse de los políticos -Roy Barreras, Piedad Córdoba, Armando Benedetti, Ernesto Samper, entre otros- y partidos -La U, Liberal, Comunes, Alianza Verde- que lo acompañaron en campaña y distantes están de representar un verdadero cambio.

Asesorarse bien es la tarea fundamental de esta fase previa para conformar un equipo de gobierno que traduzca en obras su campaña, el tener un equipo político sólido será lo que le permita a Gustavo Petro alcanzar la cohesión social y comenzar un proceso de transformación anhelado por más de 11 millones de electores. Recomponer la fe del 47.31% de los votantes este 19 de junio, 10.580.412 connacionales que votaron por Rodolfo Hernández y le dieron la victoria en 16 de los 32 departamentos del país, no será fácil, pues con este proceso electoral el colectivo social quedó más dividido que nunca a consecuencia de la verborrea y beligerancia política. Reto enorme será reconciliar al país, constituir un acuerdo nacional que vincule a todos los sectores, más de 10 millones de personas que no creen en su liderazgo y cientos de empresarios que se han manifestado reacios al cambio, y demostrar que están equivocados quienes lo ven como un enemigo interno incapaz de emprender las reformas con las que se comprometió.

Diplomacia para sortear los mordaces ataques de la oposición, respeto por quienes piensan diferente, será fundamental para desmitificar el temor que existe porque se hagan realidad, en el territorio nacional, las persecuciones, encarcelamientos y demás atrocidades típicas de una dictadura. Erradicación de la palabra “guerra” del vocablo colombiano es clave para ver un futuro con mejores ojos, gobernar un país donde la gente que verdaderamente produce se quiera quedar a trabajar por Colombia y no emigre a buscar nuevas oportunidades. Independiente de los apegos políticos de cada uno de los 51.39 millones de colombianos es momento de construir un nuevo futuro, cambio respetando la Constitución, las instituciones y la libertad de prensa. La izquierda ganó en franca lid y se le debe dar la oportunidad de ejercer poder para demostrar que puede atajar las profundas brechas socioeconómicas desde un gobierno exitoso y completamente distinto al de Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel, Alberto Fernández, Gabriel Boric, o Pedro Castillo.

Polarización colombiana, que no dista de la tendencia mundial, se atenuará en el momento en el que se evidencien las acciones de un gobierno para atender los problemas sociales que sus predecesores nunca resolvieron o intentaron hacer sin mucho éxito. Extremos ideológicos no son óbice para buscar una reconciliación, mantener el equilibrio de poderes e invitar a los jóvenes a unirse para construir un mejor país, la educación y formación académica de la masa poblacional serán la base para el desarrollo de una vida digna. Desacuerdos en la visión política deben ser el pedestal de obras por Colombia, lucha por una justicia social en la que, sin matarse unos con otros, brille la esperanza de un desafío en el que todos contribuirán, con un grano de arena, para construir una nación en paz, amor, trabajo y fraternidad. La campaña electoral finalizó, ya no es tiempo de dividir y sembrar más odio, llegó el momento más complejo, dejar de ignorar el hueco en que está gran parte de la ciudadanía de a pie, convencer a los incrédulos, llegando a materializar las propuestas de cambio.

Desplazamiento político y social no suma, sino que resta, acusación del uribismo a Juan Manuel Santos Calderón de entregarle el país a la izquierda irónicamente se materializó con la pésima gestión de Iván Duque Márquez, pasividad, tibieza y falta de identidad ideológica del mandatario fue la que pavimentó el camino para que Gustavo Francisco Petro Urrego, de la mano de la extrema izquierda, llegara al poder. Titulares de prensa que hablan de incertidumbre y pánico son consecuentes con el mesianismo del líder del Pacto Histórico que genera la mayor oposición de la historia democrática de los colombianos, difícil será lograr gobernar con la crítica día a día de la prensa, con entes de control reactivados, sin mayorías en el congreso y las fuerzas militares y policiales al acecho. Importante para el presidente electo será: demostrar que no va a imponer la mezquindad y ausencia de ética que se vieron en las estrategias de campaña, lograr desprenderse de la arrogancia y prepotencia que lo habitan y le han impedido desmovilizarse definitivamente.

Saludable para la democracia será consolidar una política liberal progresista que cuide la economía del país como el mayor tesoro y no sustente su proceder en subsidios a un pueblo sumiso ante regímenes obsoletos y mediocres. Hilos ocultos del poder llaman a clamar que se de vuelta a la página y no inicie una cacería de brujas en que las víctimas se vuelven victimarios, entusiasmo y alegría que se vio con los jóvenes en las calles, celebrando la victoria, son el reflejo de la esperanza y la fe en un futuro promisorio. La de ahora es la gran oportunidad para quienes se profesan socialdemócratas siembren las bases de la inclusión social y económica de todas las regiones del país. Sangre que corrió, desde 2019 por cuenta de la indignación, invita a dejar los revanchismos a un lado y empezar a trabajar decididamente en la construcción de un país sin llevar al macartismo a quienes se manifiestan en abierta oposición al nuevo gobierno.

La inflación, la recesión, la desesperanza, el odio y el caos que invaden al país presagian que vienen tiempos difíciles que deben ser afrontados por un gobierno transparente que devuelva la identidad de quienes se identifican como los nadie, pues el modelo económico sustentado en el campo, la industria y las exportaciones necesita de ellos. Límite de la transformación será la coherencia de un estado social de derecho con una economía social de mercado, quienes arriesgaron todo para llegar a este momento deben dejar la capucha, mostrar su rostro y desde la seguridad de su voz luchar contra las estigmatizaciones de un futuro sombrío. El primer paso para un mejor país es el cambio como sociedad, el dejar el ataque de odio en redes sociales y buscar soluciones que satisfagan a todos para evitar que muchos sigan pensando en emigrar a otros países, pues ello no es fácil, así se cuente con todas las garantías.

El triunfo de Gustavo Petro y el Pacto Histórico no representa una derrota para sus opositores, unas elecciones basadas en ataques fueron las que encendieron las llamas de un instinto emocional que ahora debe trascender en elementos propositivos para construir en conjunto un país mejor. Nueva era de paz, de la que se habla desde la izquierda colombiana, será el punto de inflexión que reivindique las protestas de las clases populares que se tomaron las calles desde 2019 y se materializaron de forma masiva en las votaciones de las periferias del pacifico y la costa caribe. En la memoria de los colombianos quedará inscrito que “Aquel 19”, de junio de 2022, fue el momento de la historia en que llegó al poder una fuerza comandada por quien otro 19, pero de abril en 1970, empezó una lucha contra la institucionalidad y la democracia que hoy, a la vuelta de los años, le da la victoria y constitucionalmente lo declara presidente electo de los colombianos.

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