El trino es el siguiente: “El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio, y el que se casa con una mujer abandonada por su marido comete adulterio”. La publicación estaba acompañada de una fotografía misógina en la que se ve a una mujer pudriéndose (con cara y cuerpo de zombie) abrazada a un hombre. Es el retrato de la mujer en su forma más triste: dependiendo del señor, podrida por dentro y por fuera.

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Esta no es la primera vez que el general profesa su fe radical en su cuenta personal, la cual tiene un enlace en la descripción de la biografía que redirecciona a la página oficial de la Policía. Es decir, es su cuenta personal, ligada a la institución que representa, pero con toda la intención de verse independiente. Como si uno pudiera quitarse el traje.

A veces periodista, a veces esposa, a veces mamá, a veces casada, a veces amiga. ¡Hágame el favor! Cómo olvidar cuando el general dijo que Halloween era una fiesta “satánica” y graduó de pecadores a los niños que piden dulces ese día. El tema es serio: en los hombros de Sanabria recae la protección de los colombianos, de los religiosos y de los que no lo somos.

Recae la responsabilidad de mantenernos seguros. Vivimos en un país en el que todos los días escuchamos, vemos o leemos noticias sobre homicidios, como consecuencia de la inseguridad. Y, mientras tanto, el señor de la Policía ataca a las mujeres que decidieron fascinarse con unas mieles distintas a las que han tenido. ¿En serio?

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Vale la pena recordarle al general que en 2022 hubo 13.418 homicidios. Debería estar enfocado en defendernos de los criminales, los que matan por un reloj, por un celular, por una moto. Es momento de trabajar por quienes todavía confían en las instituciones, en el Estado, en la justicia. Por amor a Dios, que deje la rezadera para su intimidad.

“General: ¿puede uno quitarse el traje, la dignidad que el presidente Gustavo Petro le dio el día de su posesión, para trinar, en los días sin uniforme, mensajes misóginos en sus redes sociales? La respuesta es no, uno es todo, todo el tiempo. Respete la laicidad que quedó establecida en la Constitución del 91, respete a quienes por razones personales prefieren el divorcio y la paz en sus hogares. Respete a las mujeres”, escribió la periodista Vanessa De La Torre.