Debido a que el paro de estudiantes seguirá hasta que, según ellos, el Consejo Superior de la institución apruebe la Asamblea Universitaria, el panorama parece lejos de clarificarse, destacó Semana.

La publicación recordó que, con la formación de esa instancia, los estudiantes buscan tener incidencia en la toma de decisiones en la universidad, en la reforma o modificación de sus estatutos y en el control de funcionarios y recursos.

No obstante, los directivos de la institución, citados por la revista, señalaron que, dado que los estudiantes solo pudieron cursar 10 semanas de las 18 del calendario académico, “se pone en riesgo la acreditación institucional y la acreditación de calidad de varios programas”.

En ese sentido, Semana recordó que la acreditación institucional es una certificación otorgada por el Ministerio de Educación a las universidades con niveles de calidad superiores.

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Si bien la institución obtuvo la acreditación en diciembre de 2016, por 4 años, está en serio riesgo de no lograr la renovación, dada la coyuntura, señaló el semanario.

Por su parte, William Castrillón, rector (e) de la universidad, en declaraciones recogidas por RCN Radio, dio a conocer que propondrá al Consejo Académico que el primero de febrero se retomen las clases pendientes para terminar el segundo semestre de 2019.

“De cumplirse esta meta, no solo los estudiantes podrán culminar satisfactoriamente su semestre, sino que la universidad podrá mantener la acreditación institucional y de alta calidad de sus proyectos curriculares”, agregó.

Sin embargo, si esto no pasa, “el tiempo y los recursos económicos serían insuficientes para desarrollar el periodo lectivo de 2020”, concluyó Castrillón.