No hubiera dejado nada que pusiera en riesgo a algún miembro su familia, lo habría hecho en privado y mucho menos hubiera esperado la muerte desnudo, en el baño”, dijo a la revista María Carolina Pizano para despejar la teoría de un presunto suicidio de su padre con cianuro.

Él era sumamente meticuloso y pudoroso y no hubiera permitido nunca eso”, añadió la joven de 25 años que no imaginó que su hermano, Alejandro, falleciera después de tomar agua de una botella que encontró en el escritorio de su padre.

La viuda de Pizano, Inés Elvira Ponce de León, relató a la revista que su esposo estaba sumido en la depresión, las deudas, el miedo, la frustración, el abandono de sus amigos cercanos y que “pensaba que en cualquier momento algo le podía pasar o que la Fiscalía lo iba a detener”.

“Yo no voy a pasar por esa injusticia y no voy a permitir que mi nombre ni mucho menos mi familia pasen por una vergüenza y un deshonor. Antes de que eso ocurra, de que el CTI venga por mí, me pego un tiro”, habría dicho Pizano, según Semana, en medio del desespero.

Sobre la misteriosa botella de agua con cianuro, que supuestamente estaba sobre el escritorio de Jorge Enrique Pizano, la viuda y las hijas no pueden asegurar que alguien la hubiese puesto allí o que Pizano intencionalmente la hubiera ubicado en ese lugar.

“Es extraño. A Macas –como llamaban a Pizano– sí le gustaba tomar mucho agua, esas de D1, pero no en el escritorio”, aseguró a la revista Inés Elvira.

Semana tuvo acceso exclusivo a las versiones de la esposa y las hijas del exauditor de Corficolombiana, con el ánimo de que “no circulen más especulaciones, mentiras ni imprecisiones”.

Sin embargo, luego del reportaje son más las preguntas y las dudas que allegan al caso de la muerte de Jorge Enrique Pizano y de su hijo Alejandro, de 31 años.

La revista las resume así:

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“¿Pizano papá murió por un infarto, un homicidio o un suicidio? Si fue un suicidio, ¿por qué se desplomó mientras se afeitaba y antes de entrar a la ducha? Si fue un infarto, ¿es creíble que Pizano dejara una botella de agua con cianuro a la vista de todos y poniendo en riesgo a toda la familia? ¿Hay alguna conexión entre la muerte del padre y del hijo? ¿Cómo llegó la botella con cianuro al escritorio de esa finca en Subachoque? ¿Alguien la puso allí para ocultar una muerte o para provocar otra?”.

Jorge Enrique Pizano, de 57 años, falleció el pasado 9 de noviembre de un infarto. Luego del análisis forense no se encontraron muestras tóxicas, aunque sí se evidenció que el cáncer que padecía había hecho metástasis hacia órganos vitales de su cuerpo, agregó Semana.