A través de una publicación en Instagram, a modo de homenaje, la Librería Lerner anunció la noticia del fallecimiento de su fundador, Salomón Lerner, en la tarde del 10 de agosto.

“Es un momento para conmemorar el gran legado que nuestro fundador le deja a Colombia”, se lee en una de las imágenes publicadas.

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El fundador de una de las librerías más reconocidas nació en el pueblo argentino Moisés Ville, fundado principalmente por migrantes, como su familia,la cual llegó desde Rusia a finales del siglo XIX, el 21 de septiembre de 1929. Fue hijo de Samuel, quien vendió mercancía puerta a puerta, y Berta, ama de casa. “Cuando era niño vendió espirales para matar mosquitos. En su juventud fue fotógrafo, periodista y vendedor de libros”, escribió sobre él su biógrafo Miguel Ángel Manrique para El Tiempo.

 

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A mediados de la década de los 50, el 26 de marzo de 1955, migró a Colombia y desde que fundó su librería en la capital en 1958 se dedicó a la gestión cultural.

Junto con su esposa Rosa Gimberg compraron el local en la calle 14 donde antes se encontraba una Librería Jurídica y lo transformaron en la primera casa de la Librería Lerner, que abrió el 20 de mayo de 1958.

“Desde entonces se ha consolidado como un referente cultural con énfasis en el libro académico y universitario, y se ha fortalecido a través de los años con una vasta oferta bibliográfica en el campo de las ciencias sociales y humanas y los libros colombianos”, afirma la página de la librería.

En la capital colombiana, además de fundar uno de los iconos culturales de la capital, también crió a sus cuatro hijos: Diana, Samuel, Rubén y Eduardo. En 1967 mudó su librería al lugar que ahora ocupa en la Avenida Jiménez donde los estantes cuentan con más de 160.000 libros.

A la par con la librería, Salomón Lerner incursionó en la industria fonográfica con su sello Discos Coro, el cual estaba dedicado al bolero. También adquirió la imprenta El Gráfico, con la cual realizó varias publicaciones bajo el sello Ediciones Lerner como: la revista La nueva economía y la revista jurídica Derecho Positivo.

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Ese fue solo el principio, pues también editó la primera revista colombiana de divulgación científica que terminó por globalizarse, Tribuna Médica. A este trabajo se suman “la Iconografía del Libertador, una serie de retratos de Simón Bolívar realizados por diferentes artistas nacionales, y los treinta primeros tomos de la Historia extensa de Colombia, una contribución enciclopédica al conocimiento del pasado de ese país”, según Manrique.

Su visión de negocios no se limitó a Colombia, pues en Europa popularizó las revistas médicas a color cuando la policromía no era la norma. Más allá de la ciencia vio en el arte colombiano y latinoamericano gran potencial, por lo que también se dedicó a la edición de libros de arte cuyos personajes incluían a Alejandro Obregón, Claudio Bravo, Antonio López y Fernando Botero, quien afirma que gracias a Lerner su carrera se adelantó diez años.

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En 1974 dejó Colombia para reubicarse en España, donde vivió el resto de su vida. Desde allí vio abrir en la calle 92 la segunda sede de su librería y después de 15 años de funcionamiento en este punto se trasladó, en 2016, al lugar donde ahora se ubica en la calle 93 con carrera 11. Ese mismo año coincidió con la publicación de la biografía que escribió Miguel Ángel Manrique: “Salomón Lerner. Empezar de nuevo”. Una frase que, según le dijo a Sebastián Velásquez, es “una constante en mi vida”.

“Salomón Lerner es trabajador, divertido, entusiasta, sabe ser amigo de sus amigos. La amistad es el pegamento del éxito de sus proyectos, porque los relaciona con el corazón. Descubrí que es un ser humano que permitió la construcción de un país culturalmente más moderno, permitió que las industrias gráficas crecieran, que creó una librería muy importante por el catálogo y en la mente de los colombianos. Es un personaje cosmopolita”, escribió Manrique sobre el hombre que hoy despide el mundo de la cultura.