Un hecho insólito tiene captada la atención de los feligreses de la parroquia del barrio Provenza de Bucaramanga y las comunidades religiosas vecinas. El sacerdote Édgar Silva dice que la imagen de la virgen que está en la capilla Ermitas del Divino Niño Jesús el Huerfanito ha llorado sangre.

Para probar lo que dice, el religioso tiene el testimonio de una monja de su comunidad (que él mismo cita), sus propias palabras y un video que grabó con la imagen de cuyos ojos, aparentemente, manó sangre.

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Con esos elementos, como siempre ocurre en estas situaciones, ha sido suficiente para despertar el fervor de sus feligreses, siempre inclinados a creer ciegamente lo que les dice su líder espiritual.

La persona que difunde el video en Twitter, Juan Jacobo Lozano, asegura que “un laboratorio realizará pruebas a la sangre”. Esos exámenes pueden, efectivamente, determinar que sí sea sangre. Lo que quedará pendiente entonces es demostrar cómo llegaron al rostro de la imagen, y, lo más complicado, determinar que salieron de ella.

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“El sábado 3 de septiembre, sobre las 10:00 de la mañana, una religiosa amiga, de la misma comunidad, estaba haciéndole aseo al oratorio y arreglando el Santísimo que nos llegó, y me llamó para mirar cómo estaba quedando”, dice Silva en el video.

Después dice que cuando pasó por el frente de la virgen, se dio cuenta que “había llorado sangre de su ojo izquierdo, y de su ojo derecho había empezado una gotica, pero que no se derramó”.

“Creo que llevaba horas de sangre derramada, pero la religiosa no se había dado cuneta que la virgen tenía esas lágrimas”, dice el sacerdote. “Ya nos dimos cuenta, tomamos fotos, miramos, y precisamente sí la viscosidad de la sangre ya seca. Había un poquito dentro de la mejilla de la virgen en la barbilla cayendo”.

La segunda vez que lloró la virgen, dice el religioso, fue el jueves 8 de septiembre, día del cumpleaños de la virgen: “Sobre las 8:30 de la mañana, bajé a colocarle una mantilla que le habían regalado a la virgen para el cumpleaños. Cuando se la fui a colocar le vi esa gota de sangre saliéndole bastante en el ojo izquierdo, y en el derecho ya estaba el ojo rojo”.

“Esperé media hora a ver si caía la gota de sangre, pero por los compromisos pastorales que tenía, no pue esperar que ella manara totalmente la sangre”, dice.