Supuestamente, la empresa Gisaico informó a la concesionaria que no era posible continuar con la construcción del puente, sin mitigar los riesgos de un posible desplome de la estructura debido a errores en los cambios de diseños.

“Hubo un momento en el que se les dijo que esos cambios no los iba a soportar la estructura por lo que se debía fortalecer para evitar su caída”, indicó una fuente anónima a La W Radio.

El asunto es que fortalecer la estructura del puente incrementaría los costos hasta en un 40 % y Coviandes, según el testigo, no quería asumir esos sobrecostos por lo que decidió continuar con el proyecto, sin los mexicanos, pese a los riesgos que fueron advertidos y consignados en un acta.

“Ellos (Coviandes) no podían pagar el sobre costo del fortalecimiento de la estructura y que, se debía mantener los diseños originales aún con los riesgos que había, el final de la historia ya la conocemos todos”, añadió la fuente a esa emisora.

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Este testimonio refuerza un informe de unas 60 páginas presentadas al tribunal de arbitramento encargado de dirimir el conflicto entre Coviandes y la constructora Gisaico, y en el que se advierte sobre una supuesta manipulación del peritazgo presentado por una firma estadunidense, añadió la frecuencia informativa.

Al parecer, existen evidencias que demostrarían una intervención indebida por parte de Coviandes en el informe que servirá como base para que el Tribunal de Arbitramento del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá determine responsabilidades.