El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) no permitió el avance de decenas de personas que con arengas, pitos y carteles querían ubicarse nuevamente en la Plaza de Bolívar, epicentro de los más duros desmanes de los últimos días.
A esta hora llueven piedras contra los uniformados que son lanzadas por parte de los vándalos, que también hacen presencia en el lugar.
Los encapuchados aprovechan la obra pública que se lleva a cabo en la Carrera Séptima para obtener los elementos con los cuales atentan contra la integridad de los agentes, que con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras, intentan devolver la calma en el centro de la capital.
“Lo que venimos a hacer es a registrar lo que está pasando y a auxiliar a la gente que inhala los gases. El llamado es a que las manifestaciones sean en paz y rechazar a los capuchos”, dijo uno de los presentes en las marchas a El Espectador.
Algunas personas llevan cascos, agua con bicarbonato para proteger los ojos y la cara y un maletín de primeros auxilios para socorrer a los manifestantes que tengan heridas básicas a consecuencia de los desmanes.
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