Pero antes de entrar en los detalles ofrecidos por el columnista de Semana es necesario resaltar un dato que el periodista expone basado en un reciente informe de la consultora Allied Market Research.
“Las ventas de municiones ‘menos letales’ llegarán globalmente a 9.000 millones de dólares en el año 2022”, destacó Coronell en el semanario citando el informe de la mencionada compañía de investigación de mercados.
Esa exorbitante cifra se integra a la venta global de sistemas de combate, aviones militares, barcos de guerra, misiles e informática militar que en 2016 bordeó los 88.400 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
De manera que el mercado mundial de “armas menos letales” –como sugiere llamarlas el Centro Regional de la ONU para América Latina– es apenas un componente de un multimillonario negocio que se lucra del “infortunio” de países con esquemas políticos inestables como el colombiano y en el que participa un reducido grupo de inversionistas con amplios intereses, señaló Coronell.
“Mientras el Gobierno de Colombia es cicatero con los presupuestos para la educación o la salud, paga sin chistar por las armas antidisturbios”, añadió el columnista al tiempo que reveló un documento del Fondo Rotario de la Policía en el que se detallan los costos en pesos de los dispositivos, cápsulas y lanzadores comprados a empresas estadounidenses para la dotación del Esmad y que además no pagan IVA.
Por ejemplo, “cada vez que el Esmad lanza una granada de mano de gas lacrimógeno nos cuesta 79.620 pesos con 32 centavos. Por cada granada de humo pagamos 84.194 pesos con 94 centavos. Cada dispositivo de emisión de luz y sonido es un desembolso de 81.024 pesos con 52 centavos. Cada dispositivo multiimpacto nos vale 93.144 pesos con 63 centavos. Cada vez que suena un estruendoso dispositivo de aturdimiento múltiple los colombianos perdemos 106.046 pesos con 72 centavos”, indicó el periodista en la revista.
El documento revelado por Coronell detalla la compra 8.674 unidades de esta clase de dispositivos “no letales” por más de 1.000 millones de pesos a la firma importadora Imdicol que, según una página no oficial de las fuerzas militares, consultada por Coronell, se trata de una empresa familiar que vende al sector defensa de países en América Latina (Chile, Ecuador y Colombia) y registra un patrimonio total de 7.600 millones de pesos a diciembre de 2018, de acuerdo con un informe del portal Empresas Colombia.
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