Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Ago 12, 2024 - 8:49 am
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El pasado 20 de julio, en la instalación del nuevo periodo legislativo en el Congreso, el presidente de la república pidió, por fin, perdón el escándalo de corrupción en la Unidad de Gestión del Riesgo a la cabeza del antioqueño Olmedo López, a quien Petro defendió hasta que las evidencias no le dejaron otra alternativa. “Tengo que pedir perdón porque yo fui el que lo puse ahí”, dijo el presidente sobre el político y empresario paisa.

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Aunque en sus declaraciones a medios de comunicación y ante la justicia López ha salpicado a ministros y funcionarios de primer nivel, siempre ha sacado en limpio al presidente y ha insinuado que las fechorías se hacían a sus espaldas.

Lo que resulta difícil de creer es que el presidente no sabía o no estaba al menos advertido ya del talante de Olmedo. No solo porque lo conocía de años atrás como militante del Polo Democrático, sino porque una búsqueda en los antecedentes judiciales antes de nombrarlo en la UNGRD, que para el 2023 tuvo un presupuesto de $ 2,2 billones, hubiera bastado para darse cuenta de que López tenía desde el 2019 una denuncia penal por estafa que debió, por lo menos, prender las alarmas sobre su idoneidad para manejar billones, esto sin hablar de la inexperiencia de Olmedo en temas relacionados con la gestión del riesgo.

La historia es la siguiente: Olmedo entró a estudiar economía en la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula) de Medellín en 1996. Allá hizo dos buenos amigos: Fernando Albert Granada y Carlos Mario Zapata Flórez. Al combo se le sumó Leocadio de Jesús López, el hermano de Olmedo que también resultó siendo compañero de clases.

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Así era la empresa de Olmedo López antes del caso de corrupción en la UNGRD

En 2001, cuando los cuatro estaban próximos a graduarse decidieron para su trabajo de grado montar un emprendimiento. Ese emprendimiento se llamó Comercializadora Practimax S. A. y se constituyó legalmente cinco años más tarde, el 13 de octubre del 2006 en la cámara de comercio Aburrá Sur y con domicilio en La Estrella. La empresa, entre otras cosas, se dedicaba principalmente a la fabricación de jabones, detergentes y otros productos químicos. La empresa era próspera y llegó a tener más de 100 empleados. Ante la bonanza económica sus dueños se animaron a incursionar en la política, Olmedo el que más: primero intentó llegar a la asamblea departamental, luego a la Gobernación de Antioquia y finalmente al senado en 2018.

A pesar de que falló siempre en sus intentos por quedar elegido por voto popular siempre tuvo detrás el apoyo de su empresa y sus socios: usaba los carros de la empresa para las campañas y tenía a su disposición la logística y los recursos que necesitara. Zapata también hizo unos pinitos y llegó a ser secretario ejecutivo del Polo en Medellín. Hay que recordar que Olmedo fue director departamental de ese partido.

Conforme la empresa fue creciendo, Olmedo, que desde el principio fue el líder del grupo, fue aumentando su participación a través de miembros de su familia como su esposa y su hijo, a quienes hizo miembros minoritarios. Aunque a su nombre solo estaba el 32 % de las acciones, Olmedo era el que mandaba en la teoría y en la práctica, pues con su hermano, esposa e hijo sumaba el 68 % de participación. De manera que en la empresa se hacía casi todo lo que Olmedo decía y funcionaba al parecer bien.

Pero el grupo de buenos amigos y la empresa se rompió el 25 de mayo del 2018. Para ese entonces, Olmedo ya se había quemado en su aspiración al senado y quedaban solo dos días para que Gustavo Petro pasara a segunda vuelta con el entonces candidato Iván Duque. Ese día, desde la cuenta bancaria de Practimax S.A. se le giró a la cuenta de Olmedo López la suma de $ 300 millones bajo el concepto de “pago de nómina”, algo que según Zapata no había sido aprobado ni consultado con la junta directiva, pues la empresa a su vez había pedido esa plata prestada en una institución financiera con el objetivo de, supuestamente, invertirla en producción.

¿Cuánto dinero tuvo Olmedo López con la empresa que montó?

¿Para qué necesitaba Olmedo esa plata si ya había perdido las elecciones? El periodista Santiago Molina, en una columna publicada hace un par de semanas en el portal web AlPoniente se dio cuenta de eso que los periodistas llamamos “curiosa coincidencia”: $ 300 millones es exactamente la cantidad de dinero que López donó a la campaña de Petro presidente en el 2018. López fue la persona natural que más aportó a la campaña del entonces candidato presidencial. Según ha dicho Zapata, Olmedo le llevó esa plata a Petro “en un maletín”.

Por ese giro de recursos sin autorización y por el presunto mal manejo de unas tarjetas de crédito corporativas, Zapata y un socio minoritario de nombre Cristian Vacca denunciaron penalmente en agosto del 2019 a Olmedo y a su hermano Leocadio por una defraudación económica de cerca de $850 millones. Denuncia que hasta hoy, cinco años después, no ha podido resolverse.

Antes de poner la denuncia, Zapata pidió un informe del revisor fiscal de la empresa que es devastador para López. Dice el revisor que el accionista dominante, Olmedo, tenía “puestos de trabajo claves dentro de la organización, lo que se presta para que se presenten conflictos de intereses en la toma de decisiones”. Y es que para esa fecha López tenía recibiendo honorarios de la empresa a su esposa, su hijo, su suegra, su hermana y su sobrina.

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Sobre las tarjetas de crédito asignadas a López, el revisor dijo en su informe que “siempre ha sido una dificultad constante obtener los extractos de las tarjetas de crédito que se manejan respaldados por la compañía y que se usan en algunos casos para el pago de gastos de la empresa pero en su mayoría son gastos personales que suman desde el 2015 (hasta el 2019) $198 millones, los cuales no entraron a la contabilidad”. Las pérdidas entre el préstamo, el uso de tarjetas de crédito y los pagos a los familiares eran de $ 800 millones, según el revisor.

Todo eso se sabía de Olmedo antes de su aterrizaje en la Ungrd. No solo porque la denuncia ya estaba sino porque Martínez lo había publicado en algunos medios locales como el Itagüiseño, en donde señaló públicamente en un video a Olmedo de “robarse $800 millones para financiar sus campañas políticas”. Ante semejante acusación, Olmedo ha respondido que le pagó a la empresa con intereses y todo en septiembre del 2019, como consta en un documento firmado por Fernando Albert Granada (uno de los amigos de la universidad) que para ese entonces era el representante legal. Fernando Granada se fue a trabajar el año pasado como contratista de Olmedo a la Ungrd para “liderar desde el componente presupuestal, contable y financiero los procesos, programas y proyectos derivados de las emergencias declaradas en el territorio nacional”. Hasta hace una semana, y a pesar de que Olmedo está a punto de ir a prisión, Granada seguía contratado en la entidad, según reveló la W Radio.

Aunque hoy Practimax se encuentra en proceso de reorganización, Olmedo y su familia nunca dejaron su actividad comercial. En 2014 fundaron Ecovid SAS y la matricularon en Santa Bárbara, Antioquia. La empresa también se dedica a la fabricación de productos de aseo cuyo representante legal es Álvaro de Jesús López Martínez, hermano de Olmedo, y el suplente es Claudia María Ramírez López, sobrina de Olmedo. El año pasado tuvieron ingresos por $ 5.890 millones.

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