En una agitada ciudad como Bogotá, con ocho millones de habitantes y 1.775 kilómetros cuadrados de superficie, invadidos por avenidas, edificios, buses y contaminación, pareciera no existir espacio para un respiro.

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Sin embargo, muy cerca del caos hay sitios destinados a preservar y exaltar la naturaleza, convirtiéndolas en verdaderas joyas. Son casi las 6:00 a.m. Aunque para muchos parece sacrilegio estar despierto un domingo, para Camilo Ordóñez es perfecto para una de sus actividades favoritas: salir a hacer ejercicio y de paso, reafirmar su amor por la naturaleza.

Ordóñez se dirige al oriente, de cara a los imponentes cerros. Luego de subir por el emblemático barrio Egipto, inicia su caminata por el sendero San Francisco-Vicachá, una ruta de dos kilómetros que, con solo 45 minutos de subida y 30 de bajada, le permite disfrutar de la fauna y flora que ofrece la naturaleza bogotana.

“Este camino me ayuda a salir del ritmo de la ciudad. Sería muy bueno que este tipo de lugares se popularizara y las personas se dieran cuenta de las maravillas que hay en la ciudad”, indica.

Tal es la belleza de los atractivos naturales en el país que, según Procolombia, se estima que anualmente cerca de 1,4 millones de turistas visitan los parques naturales y áreas protegidas del país y más de 300.000 visitaron Bogotá en 2021, por conceptos de ecoturismo.

Por ello, el Distrito le ha apostado al mejoramiento de senderos y parques naturales, para fortalecer esta alternativa en la capital.

“Les estamos haciendo mantenimiento, señalización, reverdecimiento. Este es uno de los tesoros de Bogotá. Al finalizar 2022 tendremos nueve senderos listos para los bogotanos”, indicó la alcaldesa, Claudia López.

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Así como el sendero San Francisco, en la capital existe una variedad de parajes que ofrecen la oportunidad de reconectar a las personas con la naturaleza.