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El 13 de abril pasado, a las 3:20 de la madrugada, la Policía adelantaba el plan de cierre de establecimientos en la Plaza de Toros de Manizales, específicamente en La casa de Fernando.
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En medio de la cantidad de gente, los uniformados notaron que había una riña entre varias personas. Al llegar al lugar, un subintendente observó a Jéssica, en en alto grado exaltación, en compañía de un hombre y otra mujer.
“El uniformado tuvo que abordar a la señora haciendo uso de la fuerza moderada, esposándolo por la espalda, mientras sus compañeros hacían lo mismo con los otros involucrados en la riña. Pero era tanta la ira de Jéssica, que lanzaba patadas, insultos y aruñó en varias ocasiones a dos personas. Ella cayó varias veces al suelo y cuando la levantaban lanzaba patadas hacia atrás. Una de esas impactó en la rodilla izquierda al subintendente, ocasionándole una lesión certificada por el médico legista con una incapacidad provisional de 25 días”, narró la Fiscalía.
La aprehendieron por violencia contra servidor público, pero el ente acusador le otorgó el beneficio del principio de oportunidad, que es el cese de la persecución penal, a cambio de unos beneficios.
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Este jueves 12 de diciembre se socializó ese pacto ante un juez con función de control de garantías de Manizales. Contenía dos puntos. Uno, el pago de $6 millones de indemnización para el uniformado y ofrecer disculpas públicas durante la audiencia.
“Estoy muy arrepentida por lo que pasó y pues ofrezco disculpas a la Policía Nacional y al subintendente por lo sucedido. Me comprometo a no volver a cometer esa clase de conductas”, expresó la mujer.
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