“¿Qué hace uno de los ocho hombres más ricos del Reino Unido patrocinando ese concierto de medio pelo? ¿Qué hace […] metido en este cuento? ¿Qué necesita? ¿Qué busca? ¿A quién representa? ¿O tendrá que ver con su isla privada, a un paso de las costas venezolanas?”, son algunas de las preguntas que se hace Ochoa en su columna del diario bogotano.

Con esos interrogantes, Ochoa empieza a despojar a Branson de cualquier ropaje de generosidad al organizar el denominado Venezuela Aid Live, celebrado el pasado 22 de febrero en el puente internacional de Tienditas, cerca de Cúcuta, un espectáculo que, dice ella, se pareció a ‘El show de las estrellas’: “Había algo en la escenografía, el tamaño de la tarima, el traje blanco de los artistas, la mediocridad del sonido o el público que aplaudía con efervescencia”.

Después, revela el espíritu utilitarista que habría empujado al magnate, a quien caracteriza como “uno de los 200 hombres más ricos del planeta, fundador del Grupo Virgin, un emporio con más de 360 empresas, que incluye aerolíneas, sellos discográficos, agencias de viajes especiales y hasta compañías de servicios telefónicos”.

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“Branson vive en Necker Island, su refugio y tesoro dentro de las Islas Vírgenes Británicas. Una isla a escasos 1.300 kilómetros de Venezuela. La mayor amenaza para su seguridad personal, dada la hambruna que se vive hoy en Venezuela”, afirma la columnista, y explica puntualmente cuál es la amenaza concreta para la isla privada de Branson: la “salida masiva de presos de las cárceles venezolanas”.

Esa opción —y esto no solo lo dice Ochoa, sino que se viene repitiendo con insistencia en distintos escenarios— la considera Nicolás Maduro, “ante la falta de comida para alimentar tantas almas”, dice la columnista, a lo que habría que agregar que, así mismo, constituye una forma de presión a la comunidad internacional.

Ochoa no se queda solo en eso y amplía el rango de preocupaciones más allá de los temores que estarían moviendo al empresario británico: “[Venezuela es] una amenaza para Richard Branson y para las Islas Vírgenes Británicas, pero también para Colombia, que podría terminar recibiendo a varios miles de reos venezolanos”.