Pero este lunes, Paola Ochoa encontró una nueva beta para ampliar la discusión y escribió en su columna de El Tiempo una crítica a Coronell por lo que ella considera faltas en el ejercicio del periodismo en las que incurrió el columnista de Semana en el artículo por el cual el ministro de Hacienda Carrasquilla deberá asistir este martes a un debate de control político en el Congreso.

Después de que Coronell asegurara que Carasquilla, cuando fue ministro de Hacienda en la administración de Álvaro Uribe, seguía siendo socio de la empresa que “empobreció” a 117 municipios y que, por eso, él y sus socios habrían ganado 70.000 millones de pesos en 5 años, empezaron a correr ríos de tinta a favor y en contra del Ministro, basados en cientos de datos.

Alberto Carrasquilla

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Pero hasta ahora nadie le había reprochado a Coronell que había hecho a medias su trabajo periodístico, como lo plantea Ochoa.

Claro que ella se lo hace saber con unas maneras suaves: primero, le dice que siempre quiso ser como Coronell, “porque es el mejor periodista de todos los tiempos. Porque es un reportero perspicaz, sagaz, lúcido, valiente y con un gran olfato. Un hombre al que no le tiembla la mano cuando tiene que escribir sobre los abusos de los ricos, los poderosos y malos. Un periodista investigativo que se quema las pestañas para destapar lo que se encuentra escondido debajo del piso. Pero, sobre todo, alguien que lucha contra las injusticias en este mundo tan desigual y adolorido”.

Como resultado de ese ramillete de halagos, Ochoa le cuenta que lo ha seguido de cerca en cada uno de sus trabajos. “Mucho más desde que te volviste columnista de la revista ‘Semana’ y comenzaste a publicar la mejor columna de denuncia de los medios colombianos. […] Ningún otro periodista se ha llevado tantos premios Simón Bolívar como en tu caso. Ningún otro tiene la pluma o el talento que derrochas con maestría en cada uno de tus textos y trabajos”.

Pero hasta ahí. En seguida, Ochoa enlista una serie de preguntas que empiezan por plantearle a Coronell “lo más elemental en este caso”: por qué no llamó a Carrasquilla para pedirle las explicaciones antes de publicar. “¿En serio, Daniel, no ameritaba llamarlo? ¿No era importante conocer su versión en medio de todo este entramado? ¿Al menos consultarlo, antes de salir a acabarlo?”.

Hasta le reprocha la forma de redactar la columna: “Me preocupa que hayas concluido desde el primer párrafo que Carrasquilla empobreció a 117 municipios para enriquecerse con este caso. A esto lo adoba con más preguntas: “¿Cómo se puede concluir eso desde el comienzo, querido Daniel? ¿Es Carrasquilla el culpable de que los municipios no hayan hecho los acueductos? ¿O serán los alcaldes y concejales de cada caso? ¿Miraste la responsabilidad del ministro de Vivienda, a cargo de las inversiones de agua en todo el país? Entiendo que los periodistas estemos obligados a buscar el mejor primer párrafo –el ‘lead’ del que hablan los textos de periodismo– pero no a cualquier precio”.

A juicio de Ochoa, Coronell debió consultar más fuentes que conocieran específicamente del tema, diferentes a José Roberto Acosta, “un curtido abogado y asesor en asuntos financieros, pero no un experto en valoración de títulos”. Y se declara triste porque Coronell no le dio contexto a su relato, y sorprendida porque Coronell no haya encontrado “ningún elemento nuevo para valorar este caso”.

Por último, Ochoa le dice a Coronell que es su héroe y el de “docenas de generaciones de periodistas”, y le reclama que se sigue esperando ver al menos una columna suya sobre escándalos como el de Odebrecht.

Coronell no esperó y dio un anticipo en Twitter de lo que le dirá a Ochoa, seguramente en una de sus columnas: “Responderé a la respetada colega @PaolaOchoaAmaya integralmente.

Ochoa, a su turno, lo interpeló por el mismo medio