Agregó, además, que se siente dichosa de tener a su hija Amapola, que durante una sesión virtual le dijo que la odiaba, porque la senadora no le puso atención.

“¡Se les quiere! En el corazón solo gratitud y amor por Colombia”, escribió Valencia.

Pero la senadora también les envió un mensaje a todos esos detractores que se pegaron de una pataleta propia de una niña pequeña, para arremeter contra la congresista.

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A ellos les escribió: “Si me odian como me odia Amapola, entonces sé lo mucho que me quieren. A todos les devuelvo parte del amor que me crece sin límites por Amapola. Ojalá les llegue“.

Y es que la situación que vivió la senadora es propia de muchos colombianos que se han tenido que alternar sus labores como trabajadores y padres de familia, con sus pequeños.

Incluso, resalta mucho más la labor de las mujeres que, por lo general, son las que cuidan a los niños, que en la edad de la hija de Valencia suelen estar más hiperactivos.