Hasta hace 17 días también fue asesor del viceministerio de Defensa y hoy espera en una celda que se cumplan todos los trámites para su extradición donde deberá enfrentar una investigación de la corte federal de Virginia por aparentemente “ser el eslabón de una red que alcanzó a enviar al menos 26 toneladas de cocaína pura a puertos de Bélgica, Holanda, España y Alemania, mimetizada en cajas de banano tipo exportación”, señaló El Tiempo.

Mientras ese proceso se hace efectivo, Leyton Vargas les confesó a las autoridades que pese a que él recibía “muy poquito, entre 40 y 50 millones de pesos por cada contenedor de coca que salía a Europa”, se encargaba de pagar “una nómina más o menos de 1.800 millones de pesos por viaje. La plata era para patrulleros y un oficial ubicados en los puertos de Barranquilla y Santa Marta que dejaban pasar los cargamentos”, dijo citado por el diario.

Según explica, el policía de mayor rango recibía un 70 % del pago cuando salía el cargamento de Colombia y el restante cuando llegaba a su destino. Entre tanto, los patrulleros recibían 500 millones de pesos por viaje.

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La información que entregó Leyton Vargas y que divulgó ese medio indica que la planeación de los envíos se hacía en Bogotá, “en una panadería cerca de la Fiscalía”,

“La droga se acopiaba en Bogotá y Medellín, y luego era movida por tierra hasta la Costa”. Por eso acordaban girar 4.000 millones de pesos “para mover cada cargamento hasta Barranquilla”. Ese dinero incluía el pago a los policías.

En ese trayecto, “en algunas ocasiones, los contenedores, que iban sellados, eran parados en retenes de la policía, pero se llamaba a un oficial del puerto y este pedía que los dejaran seguir, que él se encargaba de requisarlos a la llegada”, narra Leyton, citado por El Tiempo.

Los datos también revelan que a los involucrados se les “entregaban mapas de los contenedores para que supieran en qué parte estaba la droga y omitieran la requisa en ese sector”.

Adicionalmente, afirmó que le propusieron sacar ‘narcojets’ por la Costa, pero él se negó, y que se negó a involucrar a otros oficiales de la FAC.

El diario señala que, “al parecer, uno de los policías involucrados con la red estaba infiltrado y habría recopilado y entregado la evidencia a la DEA y a su propia institución”.