El escabroso homicidio de la pareja quedó al descubierto en la noche de este lunes, cuando varios residentes de la vereda Atala se acercaron a la vivienda del militar pensionado para verificar que todo estuviera en orden, pues les parecía extraña su ausencia desde el pasado jueves, informó Noticias Caracol.

“Nosotros de curiosos nos metimos anoche y el olor [fétido] era muy fuerte. Alcanzamos a correr la ventana de un baño y había una caneca, de esas del agua. Como pude, con un palo corrí la tapa y ahí había un cuerpo de una persona con arena amarilla. Era el cuerpo de la muchacha, pero más abajo habían metido el cuerpo del señor, pero con concreto”, contó un residente al noticiero.

La caneca con los cadáveres, de acuerdo con el periódico Extra, fue cubierta con cemento y estaba escondida en un baño ubicado atrás de la vivienda.

Después del hallazgo, los habitantes del municipio se comunicaron con la Policía que llegó a la 1:00 de la madrugada de este lunes. Horas después, se acercaron al sitio funcionarios de criminalística del CTI y varios uniformados del Ejército.

Jaime Manuel Rodríguez Querales

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Además, cuentan los vecinos que ellos tenían un mal presentimiento porque los venezolanos repentinamente desaparecieron de la zona desde el pasado viernes, añade el informativo.

La principal hipótesis del doble homicidio, según Blu Radio, estaría relacionada con un robo, ya que del inmueble se llevaron televisores, computadores, dinero en efectivo y la camioneta del funcionario del Ejército.

Las alertas sobre la terrible tragedia también las prendieron los familiares de las víctimas que llamaban continuamente a los vecinos para preguntarlos porque no contestaban sus celulares. Eso lo narró otro residente en el noticiero:

“Ayer empezaron a llamar los familiares de don Guillermo porque no sabían de él. Los venezolanos no aparecían. Estaban llamando a la esposa de él, que es venezolana también, porque tampoco aparecía en el restaurante en el que trabajaba”.

Los sospechosos, identificados como José Alejandro Vera, de 27 años, y Jesús de 25, fueron contratados por el exmilitar en el sector de Salitre, cerca de la terminal de Bogotá, para que le ayudaran a levantar unos muros y a hacer una piscina. Los habría a ellos con el fin ayudarlos en su difícil situación económica, señala Noticias Caracol.

En este momento, un grupo especial de la Sijín se encarga de elaborar los retratos hablados de los venezolanos acusados del macabro crimen.