
El Gobierno Nacional alista un decreto para permitir la venta legal de cannabis psicoactivo con fórmula médica en el país. Actualmente, Colombia produce y exporta flor seca de cannabis con fines netamente medicinales. Sin embargo, la comercialización interna de ese producto no está autorizada.
El borrador del decreto, revelado por El Tiempo, permitiría su venta en farmacias bajo prescripción médica para tratar afecciones como insomnio, dolor crónico, párkinson o esclerosis.
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Esta medida modifica el marco legal existente, incluyendo la flor psicoactiva como producto terminado de uso terapéutico y ampliando las licencias de cultivo para venta nacional y exportación.




El Ministerio de Justicia será el encargado de otorgar licencias, manteniendo requisitos actuales y clasificando los productos con más de 1 % de THC como medicamentos de control especial.
Solo micro, pequeños y medianos cultivadores con licencias vigentes podrán cultivar cannabis para el mercado interno durante los dos primeros años.
Aunque se considera un paso positivo, congresistas como Juan Carlos Losada critican su tardanza y advierten que su reglamentación podría quedar en manos del próximo Gobierno.
El decreto también busca fortalecer una industria aún incipiente, ofreciendo una alternativa comercial frente a los obstáculos en mercados internacionales. Actualmente, el documento está en etapa de socialización.
Cómo funciona el cannabis medicinal
El cannabis medicinal funciona mediante la interacción de sus compuestos activos, principalmente el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), con el sistema endocannabinoide del cuerpo humano.
Este sistema está compuesto por receptores distribuidos en el cerebro, órganos, tejidos y el sistema inmunológico, que regulan funciones como el dolor, el sueño, el apetito, el estado de ánimo y la inflamación. Al consumir cannabis con fines terapéuticos, estos compuestos se unen a los receptores CB1 y CB2 del sistema endocannabinoide, generando efectos que pueden aliviar síntomas asociados con distintas enfermedades.
El THC tiene propiedades analgésicas, antieméticas y relajantes musculares, aunque también puede producir efectos psicoactivos; el CBD, por su parte, no altera la conciencia y se ha demostrado útil en el tratamiento de la ansiedad, la epilepsia y ciertas enfermedades inflamatorias.
El cannabis medicinal puede ser administrado en diferentes formas, como aceites, cápsulas, cremas, extractos líquidos y, más recientemente, en flor seca para inhalación.
La vía de administración depende del tipo de enfermedad, la velocidad de acción requerida y la respuesta del paciente al tratamiento. En patologías como la esclerosis múltiple, el párkinson, el cáncer (especialmente para aliviar el dolor y las náuseas por la quimioterapia), o el insomnio crónico, el cannabis ha mostrado eficacia en pacientes que no responden bien a los tratamientos convencionales.
Para acceder al cannabis medicinal en países donde está regulado, como Colombia, es necesario contar con una prescripción médica. El producto debe estar aprobado por entidades sanitarias y cumplir con estándares de calidad. El uso terapéutico del cannabis no busca promover el consumo recreativo, sino ofrecer una opción alternativa y complementaria dentro de los sistemas de salud, respaldada por evidencia científica, seguimiento médico y un marco legal que garantice su control y seguridad.
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