La reacción fue casi inmediata después de que no hubo mayorías para aprobar la moción de censura en contra de Karen Abudinen, saliente ministra de las TIC.

De los 170 parlamentarios que tenían que votar, solo hubo 56 votos por el sí y 30 por el no. Hubo mayoría, pero no absoluta y eso despertó la rabia de los opositores.

De las primeras que reclamó fue Ángela María Robledo, que de manera remota dijo: “Es el colmo como manejan las cosas. Es inaudito”. 

Cuando la presidenta de la corporación dijo que iba a levantar la sesión, fue ‘Troya’ y los representantes que apoyaron la moción de censura, pese a que la ministra ya renunció, comenzaron a gritar.  

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Tanto representantes que estaban en el recinto, como algunos que estaban conectados de forma remota, hicieron lo posible para que la sesión se mantuviera y así poder reclamar por  el abstencionismo. 

María José Pizarro y Katherine Miranda fueron de las más indignadas y reclamaron que hubiera personas conectadas y omitieran su voto.

Después los reclamos airados y comentarios en los que decían que su presidencia de la Cámara era una vergüenza, la representante Jennifer Arias se retractó y no levantó la sesión.

Los gritos siguieron y el tono fue subiendo. De hecho, los opositores pidieron apelar la votación. De hecho, Pizarro dijo que la forma en que se llevó la moción tiene implicaciones legales.