Hombres como Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’; Israel Ramírez Pineda, alias ‘Pablo Beltrán’; y Eliécer Herlinto Chamorro, alias ‘Antonio García’, viajaron a La Habana en mayo de 2018 cuando las negociaciones de paz con el gobierno colombiano se trasladaron a esa isla.
Los diálogos empezaron en febrero de 2017, en Quito, pero el gobierno ecuatoriano decidió no alojar más la mesa de conversaciones luego de que tres de sus ciudadanos, que integraban un equipo periodístico, fueran secuestrados y asesinados pos disidencias de las Farc.
A principios de agosto de 2018 concluyó la última ronda de diálogos sin mayores avances, y eso coincidió con el cambio de gobierno entre Juan Manuel Santos e Iván Duque.
Desde entonces, la exigencia del nuevo Jefe de Estado para continuar las conversaciones es que el Eln libere a todos los secuestrados que tiene en su poder y renuncie a esa y todas sus actividades criminales.
Sin embargo, el Eln no ha mostrado esa voluntad y pese a que la guerrilla aseguró que sí hablaron con delegados del Gobierno Duque, los diálogos se rompieron completamente seis meses después, en enero de 2019, con el atentado a la Escuela General Santander, en el que murieron 22 jóvenes cadetes de la Policía.
Transcurre el mes de julio, a poco de cumplirse seis meses de dicho ataque terrorista con un carro bomba, y los cabecillas del Eln siguen en Cuba, “donde gozan de la protección de las autoridades de la isla y le dan órdenes desde la playa a sus tropas mientras beben mojitos con gafas de sol”, destaca Semana en uno de sus confidenciales.
Y esto, gracias a que “el Gobierno no cumplió los protocolos pactados que obligaban a traer a los guerrilleros a la selva en Colombia”.
Esos acuerdos buscaban que los jefes del Eln pudieran regresar a las montañas ‘a salvo’, pero Duque optó por su judicialización. Es decir que “en vez de perjudicarlos, terminó por hacerles un favor”, puntualiza la revista.
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