Si bien ‘santidad’ y ‘sanidad’ tienen diferente significado, las dos guardan una estrecha relación desde tiempos incluso anteriores a Jesucristo, muy nombrado por estos días por motivo de la Semana Santa.

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Dicha afinidad se trasladó a los hospitales no solo de Colombia sino de la mayoría de países que profesan la religión católica, los cuales llevan puestos los nombres de algún santo de la Iglesia en los letreros de bienvenida a sus pacientes.

Tales son los casos del Hospital San Juan De Dios y la Clínica San Pedro Claver, en Bogotá o el Puesto de salud San Martín del municipio de Malambo, Atlántico.

Por qué los hospitales tienen nombres de santos

Esta mención tiene una explicación que se remonta a la época del obispo alemán Ulrico de Augsburgo (890 – 4 de julio de 973), figura importante de la Iglesia católica en el inicio del Sacro Imperio Romano Germánico y quien, además, fue exaltado como el primer santo por el Papa Juan XV, relata El Universal.

De acuerdo con el portal antes mencionado, San Ulrico fue una persona que sufrió muchos quebrantos de salud y, por eso, durante muchos años fue de gran ayuda para los feligreses que padecían de algún tipo de condición. Les daba “cuidado hospitalarios y alimenticios”.

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A través de los años, se fue cimentando más la relación entre la iglesia y los enfermos que no tenían como cubrir gastos en sanidad. Es por eso que la caridad de monjas y sacerdotes derivó en el surgimiento de hospitales y clínicas con nombres de santos.

Más de mil años después de aquella labor en favor de los pobres de San Ulrico, las clínicas y hospitales fueron bautizadas con esos particulares nombres.

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Uno de los primeros centros asistenciales en Colombia que se fundaron con nombres de santos fue el Hospital de San Pedro en Bogotá, por orden del arzobispo Fray Juan de los Barrios y Toledo, en el año 1564, destaca El El Universal. 

Tiempo después, en 1793, pasó a ser el Hospital de San Juan de Dios.