La audiencia preliminar contra Gustavo Adolfo Agamez, señalado como el presunto responsable del asesinato de Juan Esteban Alzate, en un articulado de Transmilenio, fue la oportunidad para conocer detalles de la investigación que estructuró la Fiscalía para aclarar el crimen. El video de la cámara de seguridad del bus, las interceptaciones telefónicas, declaraciones de testigos y de algunos parientes hacen parte del acervo probatorio en contra del detenido. A pesar de las evidencias, el procesado se declaró inocente.

La diligencia se celebró en la mañana de este viernes, en la que, luego de legalizar la captura, el fiscal del caso hizo un recuento detallado del momento de los hechos, para imputarle el delito de homicidio agravado, por ser la víctima un menor de edad, y solicitar medida de aseguramiento de centro carcelario. La forma en la que actuó esa noche del homicidio, su fuga e intención de esconderse en otra ciudad y las otras investigaciones judiciales en su contra fueron los argumentos para considerar a Agamez un peligro para la sociedad.

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En la audiencia, con video al aire, el fiscal narró detalladamente los hechos. Fueron ocho minutos de intolerancia y violencia exacerbada, en los que se ve a Juan Esteban, de 15 años, haciendo todo lo posible por evitar una confrontación; a otras dos personas haciendo todo por mantenerla, y una aparición en escena de Ágamez, que sin tener nada que ver en el conflicto inicial, terminó siendo el responsable del fatal desenlace y el único que se encuentra ante los estrados judiciales.

Tomada video Transmilenio
Tomada video Transmilenio

Tras el crimen se desplegó toda la capacidad investigativa del CTI y de la Fiscalía que, con la grabación en su poder, primero hicieron públicas las imágenes del principal sospechoso y luego ofrecieron una millonaria recompensa, que rápidamente dieron resultado. Fue una persona cercana a la familia de Ágamez la que alertó a las autoridades. No solo dio pistas sobre su ubicación, sino que dio los números telefónicos del sospechoso y de su compañera sentimental, clave para realizar las interceptaciones telefónicas.

Las grabaciones de sus conversaciones hoy permiten a la Fiscalía tener plena certeza de su responsabilidad. En ellas no solo habló con su compañera de sus planes de fuga, de cortarse el pelo y mantener tapabocas para pasar desapercibido, sino de lo mucho que le agradaba que la gente creyera que era venezolano por su acento costeño y de cómo esto podría despistar a las autoridades. Finalmente, su confesión, tras dialogar con varios de sus familiares. A su madre y a su padre les pidió perdón: “Yo lo hice, yo maté a ese muchacho. Perdón papá”.

En menos de una semana, como pocas veces, le siguieron la pista y dieron con su paradero. El jueves lo capturaron y lo trajeron a Bogotá para responder por su delito. Aunque se declaró inocente, es difícil desconocer las evidencias en su contra. No obstante, durante la audiencia, su abogado defensor le sugirió no aceptar cargos e, incluso, como es su deber, rechazó la solicitud de medida de aseguramiento en centro carcelario.

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Pidió que le concedieran el beneficio de casa por cárcel y, en dado caso de enviarlo a prisión, que su sitio de reclusión fuera en Montería (Córdoba), para estar cerca de su familia. Para desestimar las pruebas, el defensor señaló: “Como se ve en el video, su intención no era matarlo. Esa es una mera presunción”.

La diligencia terminó casi a las 2:00 de la tarde y el juez, quien resaltó que ya se había excedido en su horario laboral, suspendió la audiencia y citó para el martes, a las 7:30 de la mañana, para definir si Ágamez esperará el desarrolló del juicio en prisión o en su casa. Mientras esto ocurre, la familia de Juan Esteban Alzate siente su vacío.

Sobre las personas, con la que el joven tuvo la discusión inicial, si bien no empuñaron el arma homicida, vale resaltar que fue su intolerancia la que provocó el fatal desenlace. ¿Les cabe alguna responsabilidad penal? Esa será la nueva tarea que queda en manos de la Fiscalía.