“Nos desplazábamos por la Autopista Norte, estaba congestionaba la vía y mi compañero se percató de lo que estaba sucediendo en un carro adelante”, dice el hombre en declaraciones a La FM. “Me bajé del carro con el fin de colaborar y vi a la ciudadana afectada”.

Asegura que la persona (presunto delincuente) que lo vio acercarse con el arma se fue sobre él. “Fue cuando terminé accionando el arma, muy cerca, a quemarropa. Otros sujetos que estaban con la mujer sacaron un arma y no alcanzaron a dispararme. Se mandaron a cruzar la paralela y creo que lo impacté también”, añadió en la misma frecuencia.

En RCN Radio, el escolta amplió su versión de ese momento: “Íbamos de norte a sur a la altura de la (calle) 106, cuando en medio del trancón estaban haciendo un hurto a una ciudadana en un carro delante de nosotros. Se percata el compañero y me avisa. Yo antes de descender del carro miro el panorama, y voy hacia el carro a auxiliar a la persona”.

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“Ahí es cuando soy recibido por el sujeto, no tan bien. El hombre se me viene hacia mí. Ellos estaban por la misma ventana lateral derecha del vehículo”, dice y añade que hizo un disparo para intimidar a los delincuentes, otros tres a uno de ellos, que después murió, y uno más al delincuente que se fue, herido, según el escolta.

“Yo no tengo otra, porque me queda muy cerca y muy vulnerable. Entonces ya no fue la seguridad de la persona que estaba siendo hurtada, sino ya fui yo”, continúa.

“Cuando yo voy a auxiliar al que está herido, se me lanzan dos tipos más y una mujer con arma blanca”, sigue el escolta en su relato. “Yo veo que estoy vulnerable en ese momento y no puedo seguir accionando el arma. Llego al CAI que está a cuadra y media, hay una patrullera, me presento, la patrullera reacciona informando a todas las unidades que llegan a apoyar el sector”.

Sin embargo, en tono más reflexivo, dijo lamentándose en La FM: “Las ganas de colaborar sobran. El problema es que uno está solo […]. Me duele porque Bogotá es una ciudad muy indolente, nadie ni siquiera grita. La gente no se atreve ni siquiera llamar […]. El sentido del buen samaritano me hizo reaccionar”.

Preguntado en RCN Radio por si en el pasado tuvo entrenamiento de la Policía o el Ejército, dijo: “A cada uno constantemente le están dando entrenamiento, y eso es parte de lo que recibimos a diario: entrenamiento, decálogo de armas; también le dice a uno a lo que se va a enfrentar en el momento de unas cosas como las que pasaron esa noche”.

Y a la pregunta de si sentía que reaccionó como debía o hubieran podido ser diferentes las cosas, respondió: “Si no se reacciona de otra manera hoy estarían por ahí en mi entierro”.