Escrito por:  Redacción Nación
Sep 6, 2023 - 6:56 am

Poco después de que el presidente del Senado, Iván Name, y otros congresistas le exigieran respeto por lo que dijo, el presidente Gustavo Petro apeló a la estrategia de acomodar el espejo retrovisor para tratar de explicar-justificar su agravio contra los integrantes del Legislativo, y publicó un trino que para algunos resulta ser una expresión de arrogancia y megalomanía.

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El entuerto de Gustavo Petro consistió en señalar en Bucaramanga que “entre más se castiga el consumo de droga, más se abrazan los senadores con los narcotraficantes y más se abraza el poder político con el narcotráfico”. La afirmación, claramente expresada en tiempo presente, alude inevitablemente a los actuales integrantes del Senado.

Y como para que no quedaran dudas de su clara alusión al Senado de hoy, Petro agregó: “Es una forma de ocultar una relación incestuosa, de hace mucho tiempo, a través de una especie de aplauso popular, que es decir: ‘Miren cómo nosotros sí perseguimos el narcotráfico porque llevamos consumidores y campesinos productores de la hoja de coca a las cárceles. Es la demostración de que sí perseguimos el narcotráfico’. Y al rato de decir ese discurso, se reciben los dineros del narcotraficante”.

Es decir que vincula, inobjetablemente, a los actuales senadores con la actividad del narcotráfico. En este episodio, el mandatario confirmó que su estrategia de gobernar es casar peleas con las otras dos ramas del poder público (la Judicial y la Legislativa), lo cual, por lo menos, sigue enrareciendo el funcionamiento del Estado y definitivamente entorpeciendo su propia gobernanza.

También refrendó Petro su ligereza al expresarse. Decir que los senadores “se abrazan” con el narcotráfico y que “reciben los dineros del narcotraficante”, sin mostrar las pruebas, es una carga de profundidad, inoportuna además (imprudente, si se quiere) si se considera que es en el Congreso en donde el Gobierno Nacional debe sacar adelante las diferentes reformas que propuso.

El grave señalamiento de Petro contra el Senado de la República plantea al menos tres salidas viables y razonables: que presente las pruebas de lo que afirmó ante las autoridades competentes, que dé los nombres de los senadores vinculados, según él, con el narcotráfico, o que se retracte y ofrezca excusas.

Gustavo Petro responde a reclamo del Senado

Sin embargo, el mandatario hasta ahora no parece dar indicios de que vaya a optar por una de esas tres salidas. Más bien, muy fiel a su estilo, prefirió escribir en la red social X (antes Twitter) un texto cuyo espíritu es poner el foco en el pasado, cuando su acusación es contra el Senado de hoy.

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Recuerda que él investigó las relaciones del paramilitarismo con la clase política, algo que ocurrió por allá en el año 2005. “Entre mis investigaciones y las posteriores investigaciones judiciales de la Corte Suprema de Justicia se descubrió que el 35% del senado del entonces tenía vínculos y fue encarcelado”, escribió el mandatario.

Además de reclamar que es el “creador” de la palabra ‘parapolítica’, una mención que no constituye prueba alguna, ni siquiera un argumento a favor de la acusación que le hace al actual Senado, insiste en su fijación en el pasado: “Ese listado de congresistas presos tenian [sic] vinculos [sic] con el narcotráfico dado que el paramilitarisno [sic] fue la principal organización narcotraficante del entonces [sic]”.

Falta ver si este trino atado a hechos de hace ya casi 20 años es suficiente para calmar la tormenta que desató en el Senado. No es la primera vez que ocurre. Ya en otras ocasiones, el jefe de Estado ha dado muestras de que no considera para nada el viejo precepto, acatado con celo por los prudentes desde la antigüedad, según el cual la palabra dicha es como la piedra arrojada o la flecha lanzada: no tiene reversa.

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