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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     May 28, 2024 - 8:38 am

A la campaña electoral para los comicios presidenciales de 2026 ya le había dado una prematura largada el propio presidente Gustavo Petro, básicamente de tres maneras. Diciendo, sin haber cumplido siquiera 20 meses de mandato: “Tenemos que volver a ganar” en 2026; radicalizando su discurso contra la oposición, y proponiendo modificar la Constitución con una constituyente. Ahora, con su idea de insistir en cambiar la Carta Política con base en el Acuerdo con las Farc, le habría dado vida a una coalición que podría derrotarlo y tirar por el suelo su aspiración de prolongar el proyecto político que anima, a través de él mismo o por interpuesta persona. Mejor dicho, está creando su propia némesis.

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El presidente Petro se ha cuidado de negar que su propósito sea buscar la reelección. Ha sostenido que lo que ha denominado de diferentes formas (“proceso constituyente”, “poder constituyente”, “plebiscito constituyente”) tiene como propósito garantizar que sus reformas se lleven a cabo. Sin embargo, no les cuenta a sus seguidores que, una vez conformada una asamblea constituyente, ella misma se dicta sus reglas y establece los temas de los que se va a ocupar. Cobra independencia, incluso del propio presidente, y ahí podría surgir, desde sectores afines, la idea de incluir la reelección.

De hecho, en las últimas horas, la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta lo admitió sin ambages, y aseguró que son muchos los que están promoviendo la continuidad de Gustavo Petro en la Casa de Nariño. “Tengo que decir: no es el presidente Petro el que está diciendo y que está hablando de la reelección. Somos muchos de los activistas, nosotros sí queremos una reelección y lo decimos de frente, lo estamos promoviendo”. Resulta improbable que el presidente Petro no lo sepa.

Gustavo Petro está creando su mayor enemigo

Esas dos circunstancias (el anuncio del mandatario que sigue la equivocada tesis del excanciller Álvaro Leyva Durán de convocar una constituyente con base en el Acuerdo con las Farc y la idea de que esa constituyente sea para buscar la reelección) hizo que todos los expresidentes se manifestaran en contra, y que el exmandatario liberal César Gaviria anunciara que le propondrá a su partido plantear a los demás sectores políticos una coalición para defender la Constitución.

Gaviria se manifestó a favor de “rechazar la propuesta que ha hecho el excanciller Álvaro Leyva en nombre del Gobierno del presidente Petro para realizar una asamblea constituyente”, una idea que, según Gaviria, “ha circulado en el Congreso en varias oportunidades”. Ante el hecho de que ahora pretendan convocar una constituyente con base en el Acuerdo con las Farc, el expresidente dijo: “Yo propongo que hagamos una gran coalición de todos los partidos que estén dispuestos a defender la democracia, a defender la Constitución, a defender el Estado de derecho. Esa propuesta la haré a la próxima convención del partido”.

Así, se alineó con otros expresidentes como Juan Manuel Santos (con quien las Farc suscribieron el Acuerdo y el primero en rechazar la idea de Leyva-Petro), Álvaro Uribe (gran contradictor de Santos, pero que en este tema encontraría un primer punto de coincidencia) e Iván Duque. Incluso, Ernesto Samper aseguró que “a la luz de las normas vigentes NO es posible legitimar la convocatoria de una Asamblea Constituyente en el Acuerdo de Paz de La Habana suscrito entre el Estado y las FARC; sería una Constituyente de facto, un salto al vacío de la institucionalidad que empezaría por desconocer el Congreso y la Corte Constitucional”.

Hasta este martes, el único que no se había pronunciado era Andrés Pastrana, aunque hace poco, en una reconvención a su hermano Juan Carlos, aseguró: “A Petro hay que investigarlo y juzgarlo, no tumbarlo. ¡La institucionalidad se respeta!”. Y tiene fijado en su cuenta de X este mensaje: “Presidente Petro: No se equivoque. Los colombianos no permitiremos que usted, con su desbordada ambición cósmica de poder, rompa la democracia que hemos construido con tanto trabajo y sacrificio”.

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En la historia del país no se presentan con frecuencia hechos que consigan hacer coincidir a los exmandatarios, que realmente no se quieren. Pero el presidente Petro lo consiguió, en menos de tres meses, con una idea que viene agitando desde marzo pasado, en un abierto incumplimiento a su promesa de campaña. Para muchos, su afán por modificar la Constitución y su interés por hechos fuera del país han provocado que no gobierne y que Colombia se haya hundido, de nuevo, en una grave crisis de desorden público.

Con la insistencia en modificar la Carta Política (que solo tiene un camino institucional por la vía del Congreso de la República), el presidente Petro le está dando origen a una compacta causa nacional que converge en un solo propósito: defender la Constitución. Se trata de una corpulenta entidad política que también empieza a mirar a las elecciones del 2026, en las que el jefe de Estado está metido prácticamente desde que comenzó su mandato.

Esa entidad aglutinaría a todos los sectores del espectro político, desde la izquierda a la derecha, respetuosos del Estado de derecho, como respuesta a la división planteada por el mandatario. En el otro lado se sitúa él, invocando un supuesto ‘pueblo’ conformado por sus seguidores, pues los demás no clasifican para hacer parte de esa categoría, pese a que, como quedó demostrado en las marchas del 21 de abril, demostraron que sí existen y también son parte del pueblo de Colombia.

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