Pero lo grave no solo es la abultada suma, sino el tipo de infracciones que, según el policía colado, cometió la funcionaria de Transmilenio el pasado jueves en la estación de la Avenida Jiménez, en el centro de Bogotá.

Una de ellas, según Citynoticias, es por “portar armas, elementos cortantes punzantes o semejantes o sustancias peligrosas en lugares comunes o abiertos al público”, por la que debe 234.000 pesos; y la otra es por supuestamente “impedir, dificultar, obstaculizar o resistirse a procedimiento de identificación o individualización por parte de la Policía”, cuya multa asciende a 936.000 pesos.

Funcionaria de Transmilenio esposada.

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En el primer caso, Vivian Acosta, compañera de la afectada, aseguró que “es totalmente falso ya que ella estaba realizando sus funciones y lo único que tenía en su poder eran las tarjetas donde les da el paso a los policías debidamente uniformados”. Es decir, no portaba ningún arma.

Mientras tanto, sobre la identificación, en el video se ve claramente que ella entrega su cédula a los policías que la esposaron y la condujeron a un centro de detención.

Las imágenes que comprueban los comparendos fueron compartidas por la periodista del medio:

Entre tanto, Acosta, también trabajadora de Recaudo Bogotá, señaló que la mujer “está muy trastornada por este evento que sucedió”. Además, aseguró que el video evidencia “el abuso de autoridad por retaliación por los sucesos que ocurrieron el pasado 9 de enero”.

Justamente el informativo consultó un especialista que señaló que sí configuraría un presunto abuso de las autoridades merecedor de una sanción disciplinaria que se puede dar de oficio o se puede solicitar.

Por último, Recaudo Bogotá dijo que gestionará la solución del caso para su trabajadora, pues como aseguró Acosta, su compañera “no tiene con qué pagarlos” ganando un salario mínimo.