“Yo tengo bastantes inquietudes. No quisiera apresurarme y calificar desde los micrófonos la valoración de ese tipo de hechos. Sí creo que, evidentemente, hay actitudes omisivas porque el ICBF”, dijo el Gómez en La FM.
Al funcionario le llama la atención que el ICBF, a cargo del centro El Redentor, en el centro de Bogotá, hubiera llamado a la Policía “porque supuestamente no puede controlar los actos violentos de los muchachos. Pero tiene que advertirle a la Policía que no puede usar violencia”.
“Uno si se pregunta si los operadores, si el ICBF, que estaba cerca a los eventos, permitieron que la Policía hiciera una transgresión física de esta naturaleza”, agregó en la emisora.
Y advirtió que “parece que las cosas tienen una trazabilidad de hechos anteriores”, después de escuchar a la madre de un joven, según la cual las golpizas no serían asunto solo de ahora.
Por eso, de acuerdo con La FM, el fiscal tiene muchas preguntas que son objeto de investigación.
Por otro lado, Gómez aseguró que las agresiones contra los jóvenes pueden ser calificadas como “tratos crueles e inhumanos, contrarios a cualquier tipo de atención o tratamiento”, e insistió en que también pueden ser calificados “como de tipo penal de tortura”.
“Botarlos al piso y pegarles es un hecho muy aberrante”, dijo Gómez a la misma frecuencia, y añadió que el despacho a su cargo trabaja para identificar a los policías que golpearon a los menores.
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