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Con un arma de electrochoque, más conocido como táser, agentes de la Policía habrían intentado controlar a Édison Alexánder Arias Álvarez, un hombre que, al parecer, ingresó al cuarto de su madre para agredirla y quien falleció tras este procedimiento policial.
La muerte de Arias Álvarez, de 36 años, ocurrió a las 12:30 a.m. de este jueves en la calle 52 con la carrera 45, en el barrio Prado, de Bello, Antioquia, dentro del segundo piso de una vivienda en la cual residía su progenitora.
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“Estábamos durmiendo y llegó el muchacho, en un estado de desesperación. Decía que tenía miedo, que no la quería soltar. Llamamos a la Policía y apareció en ese momento el cuadrante”, relataron familiares de la víctima.
Ante la presencia de los uniformados, Édison Alexánder comenzó a correr por toda la vivienda en un intento por ocultarse en una de las habitaciones del lugar. Allí, uno de los uniformados habría sacado el táser y le habría dado una descarga eléctrica.
“Como no se controlaba, le dieron más descargas, pero nada. Hasta que de un momento a otro se desplomó y la mano se le comenzó a poner como morada”, manifestó un pariente del hoy fallecido.
Al ver que su estado de salud se complicaba, los mismos uniformados lo trasladaron en una patrulla rumbo al Hospital Marco Fidel Suárez, pero allí llegó sin signos vitales.
El coronel Pedro Isaza, comandante del Distrito 6 Norte de la Policía Metropolitana, explicó que los uniformados acudieron a la zona, luego de recibir llamadas a la línea de emergencias 123, con reportes de un hecho violento dentro de esta vivienda.
“La señora estaba siendo ahorcada por su hijo. La Policía usa el arma, el táser, y la Policía reduce la persona, porque la vida de la otra persona estaba en peligro”, aseguró el uniformado.
Si bien el coronel Isaza aseguró que el fallecido se encontraba bajo el efecto de sustancias estupefacientes cuando ocurrieron los hechos, los familiares indicaron que se trataba de una persona depresiva que empezó a tener crisis a comienzos de la semana.
“No la intentó lesionar. A veces le cogían depresiones y estuvo en el hospital muy bien, pero volvió a decaer. Lo cogían los nervios”, aseguró el familiar sobre el estado de salud de Édison Alexánder, quien se desempeñaba como empleado en un supermercado del sector.
A raíz de la muerte de este hombre, desde la Policía Metropolitana se iniciaron las investigaciones para establecer bajo qué condiciones se utilizo este táser, al tiempo que los familiares aseguraron que la muerte se generó por el uso excesivo de este elemento.
De acuerdo con las especificaciones técnicas de los táser, estos pueden liberar una descarga de unos 50.000 voltios al momento del disparo, pero el voltaje puede bajar a los 1.200 cuando impactan en el cuerpo humano, lo que la hace un arma de baja letalidad, según las autoridades.
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De hecho, la muerte de Édison Alexánder es la primera que se registra con este elemento, usado principalmente por las autoridades, en el Valle de Aburrá de la que se tenga conocimiento.
Sin embargo, en Colombia sí ha pasado. El 26 de enero del año pasado, en Ibagué, falleció José Joaquín Turriago, de 62 años, luego de que se tornara agresivo y la Policía tuviera que usar esta arma para controlarlo, provocándole la muerte con las descargas.
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