La llegada de la pandemia dio un fuerte golpe a la economía de las familias alrededor del mundo. En Colombia la crisis se reflejó en el sector del comercio, que fue el más afectado, por lo que cientos de personas que vivían de esta actividad tuvieron que replantear la idea de negocio.

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Eso le pasó a María y su esposo Pedro, dos comerciantes que tenían un puesto de ropa en el centro de Bogotá, el cual tuvieron que cerrar durante un tiempo por la pandemia, reseñó El Tiempo.

María le dijo a ese diario que sus ventas se afectaron en un 70 % y que para esta misma época navideña, en 2020, tuvieron que dejar su negocio por un tiempo y apretar un poco el bolsillo, por lo que no pudieron darse las comodidades a las que su negocio los había acostumbrado en Navidad .

El diario relata que un tiempo después cuando la familia fue a cenar a un puesto de comidas, se topó con dos billetes de lotería que les llamaron la atención. “Vimos los números y compramos la Extra”, dijo la mujer.

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Los recibos casi se acumulaban, por lo que, en una decisión rápida, decidieron montar un puesto de comidas y las cosas empezaron a mejorar, aunque no a su nivel anterior. 

“Nos empezó a ir bien, pero empezar es complicado y no nos daba para cubrir los gastos. Aquí en Colombia es difícil iniciar un negocio, pero nos empezó a ir mejor que con la ropa”, le dijo María a El Tiempo.

La familia ya había dejado olvidado el billete que había comprado en Navidad en un cajón de su casa, pero Pedro tuvo que vender el carro porque la situación con el puesto de comidas se estancó. 

María se dio cuenta de que iban de mal en peor. Por ello, decidió abrir el cajón donde tenía los billetes y otros juegos de azar y consultó en su computador uno por uno. La mujer descubrió que tenía un billete ganador, por lo que llamó a Pedro y le contó. El hombre no lo podía creer.

Ocho meses duró el billete ganador guardado. Con este, pudieron pagar todas sus deudas e invertir en su nuevo negocio. Según la pareja, citada por el periódico, no se hicieron millonarios, ni son los colombianos más ricos, pero tienen la tranquilidad de no deberle a nadie.