Los cuerpos de las víctimas estarían enterrados en fosas comunes en el Cementerio Sagrado Corazón del municipio de Ciénaga.

El llamado “‘cementerio de los pobres’ esconde el que sería uno de los capítulos más escabrosos del conflicto armado en el Caribe“, según el portal Diario Criterio.

Las víctimas que habría dejado esa operación militar tendrían efecto en el proceso que ya enfrenta el general retirado Mario Montoya, pues se ejecutó con él al mando de la Primera División del Ejército en el Caribe.

Sin embargo, este operativo no ha sido mencionado en las investigaciones contra el exoficial que cursan en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), a donde Montoya se sometió desde 2019, y por eso es que las víctimas esperan que se puedan tener en cuenta, pues el medio destacó que una de sus fuentes afirmó que Montoya “¡se emputaba si se presentaban capturados porque pedía bajas!”.

Lee También

Falsos positivos del Magdalena

La Operación San Jorge se ejecutó con el objetivo de sacar a los guerrilleros de las Farc y el Eln que se habían tomado la Sierra Nevada de Santa Marta.

Los grupos armados abandonaron la zona cuando finalizó la intervención militar en 2004, pero “hoy se conocen nuevas evidencias que pondrían en duda los resultados de esta ‘exitosa’ operación”, que en su momento se consideró como uno de los grandes logros de Montoya, señaló Diario Criterio.

En 2004, el Batallón de Infantería José María Córdova y el Batallón Contraguerrillas No. 2 Guajiros del Ejército “reportaron 47 guerrilleros muertos en combates, registrados en su mayoría en Ciénaga”, añadió el portal.

El medio dijo que consultó las bases de datos de derechos humanos del Cinep (Centro de Investigación y Educación Popular) y encontró que solo 12 de esos cuerpos fueron identificados, algunos solo con el alias y otros sí con sus nombres.

Mientras tanto, pistas de los otros cuerpos comenzaron a aparecer cuando, en 2011, Daniel Giraldo, alias ‘el Grillo’ e hijo del exjefe paramilitar Hernán Giraldo, confesó que le entregó el cuerpo de un recolector de café a un teniente del Ejército.

Esa persona fue identificada como Luis Eduardo Geraldino Cabana, desapareció el 28 de octubre de 2004, pero ese militar apodado ‘Moncho’ o ‘el Diablo’ “lo reportó como un guerrillero abatido sin identificar”.

Ese no fue el único caso, otro recolector identificado como Eli Serna fue secuestrado, entregado al militar y luego presentado como un subversivo dado de baja en combate en 2003. Y hay muchos más.

‘El grillo’ aseguró que ese teniente era cercano a los paramilitares, a quienes les daba uniformes y armamento de las Fuerzas Militares, y “al escuadrón que tenía le decían ‘el escuadrón de la muerte’”, según su declaración ante Justicia y Paz recogida por el portal.

Las investigaciones que cita el medio dan cuenta que muchas de las bajas de esa operación en Magdalena fueron reportadas como NN y que en esta participaron la Fuerza Aérea, el CTI de la Fiscalía, el DAS y la Policía.

Incluso, las ejecuciones extrajudiciales involucraron a un funcionario de Medicina Legal que “dañaba las tarjetas de huellas para dificultar la identificación de los cadáveres de los falsos guerrilleros” y que organizaba “entierros exprés en fosas comunes, con el argumento de que Medicina Legal no poseía suficientes neveras en Ciénaga para conservar los restos”.

Todo ello apunta a las fosas comunes del cementerio Sagrado Corazón de Ciénaga, donde hay cuerpos de desaparecidos reportados en varias partes del país.