Carolina Rodríguez se destacó por imprimir en su trabajo, como si fuera una veterana periodista, entusiasmo, sensibilidad, disciplina y rigor. Por su experiencia y preferencias, cubrió principalmente la fuente judicial.

Era tal su sensibilidad humana y su preocupación por los demás que corría cuando se enteraba, por ejemplo, de casos de personas desaparecidas, a los que les dedicaba toda su atención. Se preocupaba. Sentía muy cercanas a las familias de esas personas cuyo paradero empezaba a ser un misterio.

Parecía una hormiguita en la redacción: callada y muy concentrada cuando estaba escribiendo, pero dinámica y apresurada al consultar fuentes, recabar información o conversar con sus compañeros de trabajo para enriquecer sus propios temas o los de los demás. Carolina fue una de esas profesionales con la que siempre sueña un editor para su equipo.

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La humanidad y sensibilidad de Carolina se potenciaron aún más cuando se hizo madre. Fue el primer hijo para ella, pero el segundo para la redacción de Pulzo. Los dos llenaron de emoción y esperanza el ambiente laboral. Ver cómo se consolidaban jóvenes familias en una empresa naciente era un inequívoco signo de esperanza para todos.

Aún se recuerda el día que llegó a la redacción para presentar a su bebé. Todo fue una sola emoción. Ella, agotada pero radiante, estaba ilusionada con su nuevo papel de madre y la responsabilidad de cuidar y sacar adelante ese pequeño proyecto de vida que tenía entre sus brazos; pero también tenía ansiedad por volver al trabajo que siempre la apasionó.

Sin embargo, ya la aquejaba una enfermedad que empezaba a hacerle mella. Su familia, su hijo y su trabajo le daban las fuerzas suficientes para seguir cumpliendo con todos los frentes que le había abierto la vida. Era difícil entender cómo tanta entereza podía caber en un cuerpo tan menudito.

Pero así era Carolina: todo empuje, todo ánimo. Ella fue el resultado de su propia naturaleza más las cosas que fue añadiendo a lo largo de su corta vida con mucho esfuerzo y dedicación. Estudió comunicación social-periodismo en la Universidad Minuto de Dios, en donde también hizo un diplomado en periodismo, un curso de comunicación organizacional y otro de guiones y presentación para televisión. También hizo un seminario de investigación en la Escuela de Criminalística de la Policía Nacional.

Otras empresas que vieron y sintieron su calidad personal y profesional fueron NTN24, periódico Extra, HSB Noticias y Q’Hubo Radio. Allí forjó ese perfil de periodista que después llevó y optimizó en Pulzo. Aquí, cada vez que la enfermedad le daba un respiro, no dudaba en informarlo y ponerse a disposición de sus superiores para volver al trabajo.

Y lo hacía, pero el mal que padecía le empezó a socavar las fuerzas y le fue ganando terreno. Pese a los cuidados y atención de su familia, a la esperanza que había fijado en su hijo y el inquebrantable deseo de volver a su trabajo, Carolina falleció este viernes por la mañana en Bogotá. Dentro de un mes cumpliría 33 años.

Las exequias de Carolina tendrán lugar en Fusagasugá. Paz en su tumba y el deseo de entereza y fuerza de presencia para sus familiares y para todos aquellos que disfrutamos en algún momento de su siempre vivaz compañía.