El pasado viernes 4 de agosto se llevó a cabo una audiencia en el juzgado 57 penal, en donde el mayor (r) Julio Cesar Torrijos, acusado del delito de favorecimiento, aceptó la responsabilidad del asesinato del joven al encubrir las acciones de sus subalternos, informó Noticias Uno.

La abogada del excomandante del Esmad aclaró que su defendido no participó directamente en la muerte de Neira.

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Los hechos se dieron el primero de mayo del 2005, cuando el menor decidió salir a la marcha del Día del Trabajo. Allí el estudiante fue atacado con una bala de gas lacrimógeno, con patadas y bastones de mano.

La confesión de Torrijos llega después de una larga batalla jurídica de la familia para demostrar que integrantes del Esmad sí mataron a su hijo. Durante la investigación, la Policía afirmaba que los manifestantes eran los responsables de la muerte del menor.

Yuri Neira, padre del joven fallecido, le contó lo siguiente a Noticia Uno:

“Le caen 8 miembros del Esmad, lo golpean, hay otros que dicen que el gas le pegó directamente en la nuca estando en el suelo y no lo ayudan. Al contrario, hacen un círculo para que nadie lo proteja, nunca llega el médico de la Policía y las personas que manifestaban son las que lo alzan y lo llevan a un centro de salud”.

El patrullero de la Policía, Héctor Cubides, testigo del asesinato, le explicó al noticiero que la causa de la muerte fue el disparo de una “recalzada”, las cápsulas que quedan cuando se disparan los gases lacrimógenos.

Neira, quien en el momento de la muerte tenía 15 años, estudiaba en el Liceo Miguel de la Salle.

Torrijos ya se encontraba detenido por transportar más de 100 kilos de cocaína en 2011.