“Anoche (viernes) informamos al Alto Comisionado de Paz nuestra voluntad de apoyar la liberación de los prisioneros”, indicó el grupo en un boletín.

Los rebeldes, que el mismo viernes reconocieron tener en su poder a los plagiados, solicitaron a la oficina del comisionado que pida al ministerio de Defensa generar las “condiciones de seguridad óptimas para facilitar” la liberación.

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El Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del ELN, que se atribuyó el secuestro de los uniformados y los dos civiles, aseguró que en la zona donde ocurrió el rapto, en el departamento del Chocó, hay “fuertes operativos” de paramilitares y fuerzas militares “que ponen en riesgo” a los guerrilleros y a los rehenes.

“A los retenidos se les está prestando la protección y atención debida por parte de nuestras unidades”, agregó la guerrilla este sábado.

El rapto ocurrió dos días después de que el gobierno saliente de Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) finalizaran el sexto ciclo de conversaciones de paz que se desarrollan en Cuba, sin pactar un cese al fuego bilateral y temporal.

Las seis personas se transportaban en un bote sobre el río Arquía cuando fueron interceptados por hombres armados. Los policías y militares estaban desarmados y de civil porque estaban haciendo labores administrativas, según el Ejército.

Los militares aseguraron que el soldado secuestrado estaba siendo evacuado porque padece una “enfermedad tropical” que debe ser tratada con urgencia. Los dos civiles no han sido identificados, aunque el Ejército aseguró que son contratistas “con conocimientos en el mantenimiento de equipos de comunicaciones”.