Un proceso disciplinario en su contra pudo más que sus controvertidas decisiones judiciales con las que concedió la libertad a personajes como el hacker Andrés Sepúlveda, la exdirectora del IDU Liliana Pardo, a Laura Moreno y Jessy Quintero e incluso al cerebro del caso Interbolsa, Alessandro Corridori.

El Espectador explica que el caso que hoy tiene a Teresita Barrera por fuera del circuito judicial del país empezó en 2012 cuando la exjuez de la República se negó a posesionar a Pascual de Jesús Muñoz en el cargo de escribiente en los juzgados de Girardota (Antioquia) pese a que había logrado el mejor puntaje en un concurso de méritos.

Barrera explicó a la Judicatura que su obligación era “rodearse de profesionales idóneos” en alusión a que Muñoz era contador público y no abogado. “Eso no es discriminación; es sinceridad”, había dicho la exjuez ante magistrados en Bogotá, señala ese medio.

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Sin embargo, esto no fue suficiente para la magistrada Julia Emma Garzón que consideró que Teresita Barrera, la juez que aplicó la máxima condena de 60 años de prisión en contra de Hernando Hernández conocido como el ‘monstruo de Bosa’, tuvo una “conducta omisiva y antijurídica” que afectó su deber de acatar las normas, precisó El Espectador.

Hay que recordar que Teresita Barrera tuvo que renunciar a la Corte Suprema de Justicias, donde era magistrada auxiliar, para afrontar una imputación de cargos por presuntas irregularidades en un proceso contra la exdirectora del IDU Liliana Pardo, en 2015, en su calidad de juez de la República, pero pudo encauzar el proceso para que no fuera archivado.