“Los uribistas quedaron felices”, afirma el columnista de El Espectador, quien considera que la nueva cúpula está hecha “por y para” el expresidente de la República.

“El primer objetivo de una cúpula militar que cuenta con el visto bueno de las barras bravas del uribismo no será defender el proceso de paz con las Farc, sino aniquilarlo”.

Para Bejarano, no es un hecho aislado que esta semana el representante a la Cámara Álvaro Hernán Prada haya pretendido la aprobación de una norma que buscaba autorizar al Gobierno para reactivar órdenes de captura a miembros desmovilizados de las Farc. “Es la estrategia visceral del Centro Democrático”.

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En ese partido, “a nadie le ha importado si el comandante del Ejército está o no salpicado por los ‘falsos positivos’, o si pesan sombras sobre el director de la Policía. Eso no importa en un partido donde están acostumbrados a esos ‘accidentes'”.

El columnista sentencia que “Uribe se hizo cargo del gobierno y Duque manda menos”, y concluye su texto dominical diciendo:

“Y, lo que faltaba […], ha retomado el control absoluto de la seguridad, la inteligencia y la defensa nacionales, así no todos hayamos olvidado lo que pasó en los tiempos de su tenebrosa seguridad democrática”.