Este resultado se obtuvo por el análisis de académicos e inversionistas extranjeros sobre qué tanto afecta la corrupción al sector público en cada país, con especial énfasis en la gestión de recursos públicos, trámites, permisos y contratación estatal; así como en la sanción efectiva a casos de corrupción por parte del sistema judicial.

Este año, un análisis más profundo de la investigación muestra un vínculo perturbador entre la corrupción y la salud de las democracias, donde los países con mayores índices de corrupción también tienen instituciones democráticas y derechos políticos más débiles. En las Américas, los líderes de estilo autoritario están socavando las prácticas democráticas, determinó el estudio.

“Sin lugar a duda los esfuerzos que se han realizado para enfrentar esta grave problemática en los últimos años, no ha sido suficientes, y la corrupción está poniendo al Estado contra la pared”, indicó Andrés Hernández, director ejecutivo de Transparencia por Colombia.

Aún más, Colombia regresa a los niveles de percepción de corrupción que tenía en el 2012, año en el cual obtuvo esta misma calificación.

Aunque no existen fórmulas mágicas para derrotar la corrupción, ni recetas que se repliquen de un país a otro con el mismo efecto, sí es claro que para modificar esta tendencia se necesitan cambios estructurales y una voluntad inquebrantable de no tolerar ningún acto de corrupción, explicó el capítulo para Colombia de la organización TI.

Entre los países de América Latina, Brasil y Perú tienen la calificación más alta hacia el puesto 37. Más abajo, pero todavía mejor ubicados son Uruguay, Chile y Argentina. Ecuador y Venezuela son algunos de los países que obtuvieron puntajes más bajos.

Entre los países de la OCDE el puntaje de Colombia es aún más preocupante porque ocupa el penúltimo lugar entre 36 naciones, superando únicamente a México (28).

Situación de la región

El informe revela que con un puntaje promedio de 44 por tres años consecutivos, las Américas continúan sin lograr ningún avance serio contra la corrupción. En comparación con otras regiones, las Américas son similares a Asia Pacífico (44), pero detrás de Europa Occidental y la Unión Europea (66).

Canadá siempre tiene el mejor desempeño en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), con una puntuación de 81 sobre 100 en el índice de este año.

Estados Unidos permanece en el segundo lugar por debajo de Canadá, pero cae dramáticamente cuatro puntos desde el año pasado para obtener un puntaje de 71, su puntaje más bajo en siete años. Estados Unidos está cerca de Uruguay en América del Sur, con una puntuación de 70, y Barbados en el Caribe, con una puntuación de 68.

En la parte inferior del índice, Venezuela se mantiene estancada a los 18 años, lo que refleja una corrupción sistémica y persistente en todo el país. A Venezuela le siguen Haití (20) y Nicaragua (25) para completar los peores resultados de la región.

El informe indica que desde el presidente Trump (EE. UU.) y el presidente Bolsonaro (Brasil) hasta el presidente Jimmy Morales (Guatemala) y el presidente Maduro (Venezuela), son ejemplos de estilos de liderazgo que favorecen algunas de las siguientes tácticas:

– Un socavamiento de los medios de comunicación libres e independientes, especialmente cuando la cobertura desafía los mensajes de los líderes.
– Un silenciamiento y control de la sociedad civil y organizaciones internacionales.
– Un aumento en la supresión de los votantes y la privación de derechos.
– Un aumento en el lenguaje anti-inmigrante, anti-LGBT, anti-indígena y racista.
– Un aumento en las promesas públicas para enfoques simplistas y de “mano fuerte” para resolver problemas sociales profundos y complejos, incluida la corrupción.
– Una interferencia o uso contundente de las instituciones nacionales para debilitar el sistema de controles y equilibrios y aumentar el poder ejecutivo.
– Un aumento de los conflictos de intereses e influencia privada.

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Situación del Mundo

Somalia y Siria son considerados los países más corruptos del mundo y Dinamarca y Nueva Zelanda los menos, seguidos por Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza, con 85 puntos cada uno.

España mantiene los 58 puntos del anterior informe y la posición 41, aunque queda claramente por debajo de la media europea, en 66 enteros.

Entre las principales potencias emergentes, la India logra el puesto 78, con 41 enteros; China se sitúa en la posición 87, con 39 puntos, y Brasil le sigue en la 105, con 35. Rusia, por su parte, queda relegada al lugar 138, con 28 puntos.

Para mejorar la lucha contra la corrupción y reforzar la democracia, TI recomienda a los gobiernos “fortalecer las instituciones” responsables de controlar al poder político, llevar a la práctica las leyes sobre delitos económicos, promover el activismo ciudadano y apoyar a los medios “libres e independientes”.