En el foro sobre la situación de orden público que se hizo en el Concejo de Bogotá, Claudia López insistió en que la violencia de las protestas de la semana pasada se dio por el malestar de los ciudadanos y no porque grupos ilegales estuvieran detrás.

“En Bogotá no hubo una toma guerrillera. En Bogotá hubo una jornada de violencia y protestas violentas por el reiterado abuso policial y la sistemática impunidad de esos hechos”, dijo la alcaldesa.

Pero el viceministro del Interior, Daniel Palacio —que también participó en el foro—, insistió en que hubo estructuras criminales detrás de los disturbios en la ciudad, y advirtió que esos actos podrían volver a ocurrir.

Acá hay una acción premeditada, organizada de unos colectivos urbanos. Y no van a parar, eso tiene que quedar claro. Y Bogotá se tiene que preparar porque no es la primera y no es la última”, manifestó Palacio.

López y el Gobierno ya habían tenido un choque por el tema de infiltrados en manifestaciones de la capital.

Antes de participar en el foro del Concejo, la alcaldesa aseguró que la administración Nacional acusó al Eln “para distraer la atención” de los perjuicios que sufrieron los civiles en las protestas de la semana pasada.

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El comisionado de paz, Miguel Ceballos, respondió y dijo que el propio grupo guerrillero ha dejado pruebas de que infiltró las protestas, que en principio tenían el propósito de rechazar la muerte de Javier Ordóñez, víctima de excesos de dos policías.

Por esas infiltraciones de las que habla el Gobierno ya hay una investigación en la que se han detectado grupos de redes sociales por los que los vándalos se organizan para desestabilizar la ciudad.

Además se conoció un documento que probaría que el Eln planificó los “tropeles” en Bogotá, la semana pasada.