Mariela Santana Mindiola, propietaria de un establecimiento comercial dedicado al alquiler de mobiliarios para eventos, aseguró que el pasado martes 10 de enero del año en curso, un hombre se acercó a sus instalaciones con la intención de alquilar unas sillas, argumentando que iba recomendado por una persona que ella conoce, por lo que no tuvo reparo en concretar el negocio.

El presunto delincuente le aseguró a Mariela Santana que residía en la carrera cuarta con calle 18, muy cerca del lugar donde la antes mencionada tiene en funcionamiento su negocio, le manifestó que necesitaba alquilar quince sillas para atender una reunión en un jardín infantil y le entregó diez mil pesos por concepto de depósito, por lo que ella nunca percibió nada irregular.

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El hecho quedó registrado por cámaras de seguridad ubicadas en el lugar de los hechos, en este se puede apreciar cómo esta persona ingresa, escoge las sillas, las ordena una sobre otra y las  acomoda con total pericia en la motocicleta en la que se desplazaba y se marcha.

Esto dijo la afectada en entrevista para EL PILÓN; “Él me dio en referencia a un vecino que yo conozco, que no tiene nada que ver en esto, le hice un recibo con su nombre, dirección y un teléfono de contacto, el contrato era para que me entregara las sillas al día siguiente en la mañana pero pasó ese día y no aparecía y no contestaba a los teléfonos que había registrado en la factura”.

Continúa su relato manifestando que  pasado dos días, es decir, el día jueves se dirigió hasta la ubicación donde esta persona le había asegurado que quedaba su lugar de residencia, pero cuando preguntó por Melquis Sabier, el nombre que esta persona había dejado registrado en el recibo, pero le confirmaron que no lo conocían, ahí según expresó ‘se dio cuenta que había sido robada’.

Desde este medio intentamos comunicarnos a los números de teléfonos que quedaron registrados en el documento pero fueron desactivados “nadie me da razón de este señor, lo he buscado y no aparece por ningún lado, por eso hago esta denuncia pública, para que las demás personas que tengan este negocio estén alerta y nos les pase lo mismo”, concluyó la afectada.

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Un caso de robo similar

Un caso similar le ocurrió a una persona que también se dedica a este negocio y que pidió no ser identificada por temor a represalias. Manifestó que en días pasados un hombre se acercó a su lugar de trabajo y le contrató 150 sillas las cuales fueron llevadas por personas de su equipo de labores hasta el lugar donde se llevaría a cabo un supuesto evento.

Expresó que todo estaba dentro del orden de los requisitos establecidos para la prestación del servicio, debido a que, al tratarse de una cantidad considerable de sillas debían confirmar que el sitio señalado correspondía a donde se iba a realizar dicha eventualidad.

Prosiguió detallando que llegada la hora establecida para la recolección de los objetos alquilados, se desplazaron nuevamente hasta el sitio donde habían desembarcado las sillas pero que la sorpresa fue grande cuando se percataron que el lugar estaba cerrado y vacío.

Al igual que la mujer del anterior relato, esta persona llamó insistentemente al hombre con el que había concretado el negocio pero no contestaban los teléfonos y los encargados del lugar le aseguraron que efectivamente este hombre les había alquilado el sitio por una hora y que antes del tiempo pactado se habían marchado del lugar.

¿Qué hacer en estos casos? 

Para tener una visión ampliada sobre el tema, EL PILÓN contactó a Jhon Diaz Carpio, abogado de profesión quien manifestó que este tipo de casos se pueden tipificar como abuso de confianza, ya que en los casos tratados en esta nota periodística, estas dos personas se apropiaron indebidamente de unos elementos que pusieron a su disposición a través de un contrato de arrendamiento verbal.

Por lo que, en el caso de la señora Mariela Santana, quien posee elementos probatorios, como el video en el que se detalla al presunto ladrón, puede acudir ante la Fiscalía General de la Nación  y poner en conocimiento el hecho con el fin de que esta persona sea investigada como presunto punible de abuso de confianza.

Por otro lado, Diaz Carpio recomienda  a las personas que se dediquen a este tipo de negocios adoptar políticas que les permitan tener mayor seguridad a la hora prestar los servicios, como fiducias o pólizas de seguros, como también investigar el lugar de trabajo de las personas, así como números de teléfonos alternos y como requisito indispensable el documento de identidad.

La entrada se publicó en El Pilón.