“¿O es que necesitan baterías antiaéreas para defenderse del Clan del Golfo o de las disidencias de las Farc?”, cuestiona, citada por El Espectador, la congresista Aída Avella, pues fortalecer los sistemas antiáereos supone que se prevén ataques del extranjero.

Hace algunos meses, el exministro del Interior venezolano durante el gobierno de Hugo Chávez, Pedro Carreño, había dicho que el primer objetivo de los aviones Sukhoi –de fabricación rusa y entre los más letales del planeta– serían los puentes sobre el río Magdalena, para partir el país en dos, dice El Espectador.

Otro de los objetivos militares de Venezuela en Colombia, en caso de verse amenazada, serían los puertos marítimos, como los de Buenaventura y Cartagena, con el fin de impactar el abastecimiento de nuestro país desde el exterior.

Según Carlos Martínez, del Observatorio de Economía Nacional de la Universidad Nacional de Colombia, citado por El Espectador, “un conflicto rápido favorecería a Venezuela”, pues su moderno armamento no les daría tiempo a las fuerzas aéreas y antiaéreas de Colombia de reaccionar.

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Otro artículo de El Espectador revela que las refinerías serían otros puntos críticos para Colombia, en caso de un ataque aéreo relámpago por parte de las fuerzas de Nicolás Maduro.

No obstante esta posibilidad, hay algunos hechos que hacen pensar que un conflicto militar entre los dos países es poco probable, incluso si lo comanda Estados Unidos, entre otras cosas porque cualquiera que sea el atacante sobre Venezuela para remover de su cargo a Maduro, los efectos de la migración masiva de hasta un millón de venezolanos más recaería sobre Colombia, y es por eso que el país debe ser el primero en bajarle el tono al discurso belicista, señala el medio.

Otro hecho que podría ser engañoso pero que tranquiliza, según el diario capitalino, es que de los 24 aviones Sukhoi que tiene Venezuela, solo 4 están operando y dos de estos, únicamente, tienen la capacidad para cargar armamento, pues hay que recordar que la configuración de una avión de combate es muy costosa y complicada, que va más allá de solo poseer las aeronaves.

Es por ello que ante cualquier posibilidad de conflicto bélico, Colombia incrementó su presupuesto para la guerra, así el gobierno de Iván Duque por el momento no revele que el conflicto con el país vecino sea el motivo de la inversión.

El artículo de apertura de la revista Semana de la edición del 23 al 30 de septiembre titula: ‘Jugando con candela’, y explica que una intervención militar en ese país sería catastrófica para Colombia, y es por ello que el gobierno de Duque debe “asumir una posición categórica en contra”.