Por presunta negligencia, Anayaira Oñate decidió subir a las redes sociales un video en el que discute con profesionales de la salud de la Clínica Valledupar S.A., por, según ella, la demora en la prestación del servicio de urgencias.

“Aquí está la doctora irrespetándome, porque cree que por ser médico ella es la que manda. Tengo a mi hijo aquí desde las cinco de la tarde, rogándole a ellos que me lo atiendan y no lo hacen. Se creen los ‘chachos’ de la película y así no es”, expresa la mujer en el video con voz entrecortada mientras enfermeras y médicas de la clínica tratan de calmarla.

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De acuerdo a Oñate, siendo las 5:00 p.m., del viernes 20 de mayo, se trasladó con su hijo a la clínica en mención debido a que presentaba fiebre y dolor excesivo de cabeza.

“Siendo casi las siete de la noche, antes del altercado que se vio en el video, yo fui a decirle a la profesional de la salud que le dieran la atención a mi hijo pero ella se molestó, y a pesar de que le supliqué que lo atendieran me dijo que debíamos esperar el cambio de turno”.

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En medio de su desespero, la madre grabó con su celular la situación. “En el video se ve cómo ella me agredió en dos ocasiones. Como profesional jamás debe actuar de esa manera. Después del cambio, en el relevo de turno, me dijeron que hasta que yo no  borrara el video no lo atenderían. Chantajearon, maltrataron y humillaron la salud de mi hijo”, señaló y posteriormente contó que el menor fue atendido a las 9:00 p.m., es decir, 4 horas después de su ingreso.

Por su parte, la gerente de la Clínica Valledupar S.A., Neila Paola Peluffo, precisó que, aun entendiendo la angustia de la madre, las personas deben comprender la clasificación de los casos.

“Los usuarios llegan a urgencias porque consideran que se trata de una emergencia vital, sin embargo, nosotros les realizamos un acompañamiento para hacerles entender que nosotros queremos atenderlos pero en el mismo servicio de urgencias se presentan otras situaciones que nos llevan a concentrar la atención porque ya se trata de un riesgo vital”.

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No obstante, alega que el menor de edad no fue ‘desatendido’, y que la atención se prestó en los tiempos correspondientes. “El paciente fue clasificado en ‘triage 3’, el cual nos da un margen más largo para el manejo de los casos. El menor ingresó con cefalea (dolor de cabeza) y al final la patología que le encontramos fue una amigdalitis. El menor en ningún momento fue desatendido, el problema real en la atención fue la mala comunicación”, puntualizó.

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