
El caso del secuestro de Lyan Hortúa, un niño de 11 años que fue privado de su libertad durante 18 días en Jamundí, Valle del Cauca, ha causado revuelo en Colombia, no solo por la duración del plagio sino también por los oscuros vínculos que rodean a su familia y los responsables. Las autoridades, según información revelada por El Tiempo, siguen investigando los detalles de este hecho, del cual se conocen nuevos elementos probatorios.
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Lyan fue secuestrado el 3 de mayo de 2025 cuando un grupo armado ingresó a su residencia y lo sacó de allí, hechos que quedaron registrados en la denuncia inicial de su familia, quienes también informaron que se llevaron una camioneta Toyota Sahara propiedad de su padrastro, Jorsuar Suárez, conocido como administrador de joyerías, de acuerdo con el rotativo.
A pesar de que en un principio se creyó que el objetivo era el robo del vehículo, las imágenes de las cámaras de seguridad aclararon que el verdadero propósito era llevarse al niño, quien estaba jugando en un área inferior de la casa, según el impreso.
En el citado medio se hace hincapié en la relación familiar con el crimen organizado, especialmente por los antecedentes de José Leonardo Hortúa, alias ‘Mascota’, padre biológico del menor, quien fue asesinado y tuvo relaciones con la banda ‘Los Rastrojos’.
No obstante, las pruebas obtenidas por las autoridades, como audios, mensajes y fotografías, refuerzan la hipótesis de que el secuestro fue planeado y ejecutado por el frente ‘Jaime Martínez’, de las disidencias de las Farc, liderados por Jairo Ramírez, y no por alianzas mafiosas vinculadas al padre biológico, de acuerdo con el periódico.
En los días posteriores al plagio, los secuestradores enviaron distintas pruebas de supervivencia: utilizando el celular de Angie Vanessa Bonilla, madre de Lyan, llegaron mensajes y audios en los que el niño se identificaba y explicaba que estaba retenido, según el informe periodístico.
Cómo se coordinó la liberación del niño Lyan con las disidencias de las Farc
Una de las grabaciones incluía un diálogo entre el padrastro y un hombre que dijo ser Jairo Ramírez, comandante del frente ‘Jaime Martínez’, quien planteaba los términos para una entrega segura en una zona rural de Santander de Quilichao, Cauca. La participación de la Cruz Roja fue fundamental para asegurar la integridad del menor durante el proceso de liberación.
“¿Con el familiar de Lyan? Estamos cuadrando para hacer la respectiva entrega. Entonces necesitamos ese tema. Necesitamos coordinar ese tema. Habla con Jairo Ramírez. La idea es que pueda venir por acá para hacer la respectiva entrega del menor. Con Jairo Ramírez, comandante acá del frente ‘Jaime Martínez’. La idea es cuadrar un espacio que nos podamos entrevistar por acá en un punto pa’ los lados del Cauca”, dice una parte de la conversación revelada por El Tiempo.
En el mismo chat publicado en el diario aseguran que, al parecer, el secuestro fue una equivocación: “Lo que pasó fue un incidente por ahí creo que las unidades nuestras se confundieron y pues hicieron un procedimiento mal hecho. Que la verdad pues ya en ese orden de ideas toca proceder a su devolución. Entonces en ese orden de ideas es que estamos coordinando para su respectiva devolución y todo eso”.




Se sabe que en un inicio se habría exigido un rescate de 3.000 millones de pesos, aunque los allegados manifestaron no tener esa suma y solicitaron poder vender vehículos familiares como el BMW de la madre, mencionando también problemas económicos recientes y robos. Finalmente, según fuentes consultadas por el medio de comunicación en mención, la suma real convenida para la liberación habría sido de aproximadamente 300 millones de pesos, en una gestión que involucró a una persona cercana y mediación comunitaria en el Cauca.
Las imágenes posteriores a la liberación muestran a Lyan junto a familiares, especialmente Jesús Antonio Cuadros, primo del padrastro, quien resultó asesinado un día después en circunstancias aún bajo investigación. Los allegados niegan vínculos mafiosos en el secuestro y aseguran que detrás de la muerte de Jesús Antonio existen otros móviles no relacionados directamente con el plagio de Lyan.
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