“Detrás de esta petición hay un objetivo claro: que el Gobierno tenga en cuenta su situación particular en el desarrollo de políticas públicas. El campesinado no solo es una de las poblaciones más pobres del país sino que vive en condiciones de extrema vulnerabilidad”, explica Dejusticia, centro de estudios jurídicos y sociales.

En total, 1.700 campesinos pusieron esta tutela.

“Nos han tratado solo como productores agropecuarios, pero olvidan que la cultura campesina tiene otras dimensiones”, dijo Eliécer Morales, de la Asociación Campesina Inzá Tierradentro, citado por Dejusticia.

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Las dimensiones a las que él se refiere son tres: política, cultura y sociológica.

La política, según Morales, es por la forma en que se han gobernado ante “la ausencia del mismo Estado”.

La cultural,  por el “conocimiento acumulado históricamente”, y la “sociológica, porque no nos reconocemos como individuo sino como comunidad”, agregó el líder campesino.

Dejusticia explica que para el censo de 2005, los afrocolombianos y los indígenas lograron “una participación activa en el diseño del formulario y en la aplicación del censo”.

Asimismo, dice la organización, los Rom, los raizales de San Andrés y los palenqueros de San Basilio fueron reconocidos en el censo de 2005.