Por: El Colombiano

El Colombiano es un grupo editorial multiplataforma con más de 110 años de existencia. Nació en la ciudad de Medellín en Antioquia. Fundado el 6 de febrero de 1912 por Francisco de Paula Pérez, se ha especializado en la investigación y generación de contenidos periodísticos para diferentes plataformas en las que provee a las audiencias de piezas mult...

Este artículo fue curado por Andrea Castillo   Ene 14, 2024 - 10:53 am
Visitar sitio

Son todavía muchas las preguntas que están abiertas sobre los dos accidentes que ocurrieron en la madrugada del jueves en jurisdicción de Santa Rosa de Osos que dejaron un saldo de ocho muertos, entre ellos cuatro menores de edad, y 48 heridos: ¿dónde abordaron los pasajeros?, ¿en qué condiciones mecánicas estaban los carros?, ¿cuánta experiencia tenían los conductores?, ¿cuál fue la causa del accidente? ¿por qué no hay una lista de pasajeros?, ¿por qué pagaron tarifas diferentes?, ¿quién controla los vehículos de servicios especiales?, ¿quién responde en estos casos de accidentes fatales?

La información que han compartido las autoridades sobre los siniestros es mínima: se sabe la ciudad de origen y de destino y el número de pasajeros que iban en los buses al momento de los accidentes. Eso es todo. El resto de lo que se conoce hasta ahora ha sido gracias a los testimonios de los pasajeros.

(Conozca detalles del accidente: “Perdí a mi hijo, mis sobrinos y mi cuñado”)

De acuerdo con esos testimonios, uno de los buses, el que salió desde Montería a las 8 de la noche del miércoles con destino a Bogotá y que se volcó sobre las 4:30 de la mañana a pocos kilómetros de llegar a Donmatías, recogió a sus 35 pasajeros en una estación de gasolina a las afueras de la terminal de buses de Montería.

Cada pasajero pagó su pasaje: algunos $ 190.000 y otros $ 220.000. También se sabe que era la primera vez que el conductor cubría la ruta. En el carro iban 10 miembros de la misma familia, pero de resto todos iban por aparte y no se conocían entre sí. También gracias a los pasajeros se sabe que el conductor perdió el control del bus y chocó a toda velocidad porque, según dijo, los frenos fallaron.

Según el Runt, el carro de transporte especial marca Chevrolet de placas UQF519 es propiedad de Bancolombia, pero está afiliado a la Cooperativa de Transporte de transporte especial de Córdoba, Cootrasec. El carro, modelo 2023, fue comprado en octubre del 2022 y hasta ahora no tenía ningún accidente registrado.

Sobre el bus de placas GIL717, que volcó sobre la 1:30 de la madrugada del jueves sobre la misma vía, se sabe que había salido desde Tolú y que iba hasta Medellín. Los pasajeros también habrían abordado en una estación de gasolina y, como en el otro caso, las tarifas fueron diferentes para cada pasajero y cada uno abordó por separado. Ese bus, marca Hino, es modelo 2020 y es operado por la empresa Pinto Páez y Cia de Ibagué. Según el Runt, había tenido un choque en 2022 y la última revisión técnico mecánica era del 4 de enero del 2023, es decir que se había vencido hace una semana. De hecho el jueves, día del accidente, la policía de tránsito le puso una multa al carro por tener la técnico mecánica vencida después del choque. De este caso, donde murió un niño de 12 años y 29 personas fueron trasladadas al hospital, no hay todavía hipótesis sobre la causa del accidente.

Que cada persona haya pagado una tarifa diferente por el pasaje y que los pasajeros viajaran por diferentes motivos son relevantes porque darían cuenta de la irregularidad del servicio pues estarían violando la norma que regula el transporte de servicios especiales.

Liliana Patricia Leal, directora del Gremio Empresarial Nacional de Transporte (Gente), explica que los servicios de transporte de pasajeros especiales, como los que sufrieron los accidentes, son un servicio público regulado por el Ministerio de Transporte y vigilado por la Superintendencia. De acuerdo con la regulación vigente, explica Leal, para la prestación de estos servicios es requisito la firma de un contrato entre la empresa que opera el carro y la persona, natural y jurídica, que lo contrata. Un extracto de ese contrato debe ser publicado en el sistema de vigilancia de la Superintendencia y debe llevarse físico en el vehículo. Es decir, la razón de ser de estos servicios es que una persona los contrata para un fin específico, paga una única tarifa y todos los pasajeros van para el mismo fin, como un transporte escolar o un vehículo que se contrata para una excursión.

Hace dos años había ocurrido un accidente muy similar en San Luis: El viaje al mar que terminó en tragedia en vía Medellín-Bogotá

Además, explica Leal, los conductores deben tener un contrato laboral y estar afiliados a seguridad social por parte de la compañía contratante. Leal asegura que la legislación no los obliga a llevar un listado de pasajeros ni a abordar desde una terminal de transporte, pero que, con la información disponible hasta ahora sobre los buses accidentados, estarían presentando un servicio irregular.

Leal, que defiende la prestación de los servicios de transporte especiales y hace énfasis en que la mayoría cumplen con la norma, dice que falta autoridad y control para poner en cintura a los ilegales, y hace un llamado a que los usuarios tengan más precaución a la hora de tomar estos vehículos de servicio.

Pulzo complementa:

Antes de subirse a un bus y emprender un viaje, es crucial tener en cuenta varios aspectos que contribuirán a una experiencia más segura y cómoda.

En primer lugar, es esencial verificar el itinerario y horario del autobús, asegurándose de conocer los puntos de partida y llegada, así como los tiempos de salida y llegada programados. Esto permite planificar adecuadamente y evitar contratiempos innecesarios.

Otro aspecto crucial es revisar la reputación y la seguridad de la empresa de autobuses.

Lee todas las noticias de nación hoy aquí.