Bogotá es historia: en sus calles se ha vivido parte de los momentos más trascendentales para Colombia, como el grito de independencia que acompañó aquel famoso florero que se pidió prestado; el despliegue de las telecomunicaciones (a tan solo ocho años de que Graham Bell patentó el teléfono) con su icónica Empresa de Teléfonos de Bogotá (antiguas siglas para la ETB); y las horribles noches que acompañaron al Bogotazo y a la toma del Palacio de Justicia (entre otros sucesos que se convertirían a este artículo en uno interminable).

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Su nombre Bogotá viene de la palabra indígena Bacatá (que traduce como centro de labranza o lugar para sembrar), tal vez por eso es que muchos llegan a la capital en búsqueda de nuevas oportunidades. Más adelante, en su fundación, se le dio el nombre de Santa Fe, que posteriormente pasaría a ser Santa Fe de Bogotá (para diferenciarlas de otras Santa Fe).

Según lo explicado por el historiador Alfredo Barón Leal, en la Constitución del 91 se le designó oficialmente a la capital el nombre de Santa Fe de Bogotá, pero en el año 2000 (mediante una reforma constitucional) se estableció que solo se llamaría Bogotá.

Bogotá es gastronomía: Aunque el debate es fuerte en redes sociales, en la capital son muchos los orgullosos de la changua, y también los que sacan pecho por el ajiaco. Los que tienen ‘buena muela’ sabrán las exquisiteces que se encuentran en plazas de mercado como La Perseverancia y la del 12 de Octubre, en donde personas como Doña Segunda ya son instituciones gastronómicas. Lo anterior sin dejar de lado la variada oferta internacional que se encuentran en los restaurantes de La Macarena, Usaquén y la Zona T.

Bogotá es belleza: Parte de las primeras impresiones que se lleva una persona al pisar el suelo de ‘la nevera’ (como se le dice a la capital en varias regiones del país) es la imponencia de sus cerros orientales, de sus parques (como el Simón Bolívar, el Nacional, La Florida, el de Los Novios y el de la Independencia, entre muchos otros). La arquitectura, que no solamente se refleja en icónicos edificios como el Colpatria o el Tequendama, sino también en casas y demás edificaciones como las que se encuentran en Teusaquillo y en el centro histórico. A esto se suma la enorme biodiversidad de plantas y animales, en donde basta pegarse una pasadita por el Jardín Botánico para quedar maravillado.


Bogotá es cultura: Discutirán muchos, pero uno de los mejores planes de domingo en la ciudad no es el ir a visitar centros comerciales, sino irse de septimazo. Un recorrido de más de 1,5 kilómetros que está acompañado de artistas callejeros. Parte de este es el Mercado de las Pulgas, donde se encuentran artículos antiquísimos, que van desde porcelanas, pasando por discos de vinilo y llegando hasta salas con siglos de historia. A esto se suma la oferta cultural en sus teatros (no solo en las salas de cine independiente, sino en las ‘tablas’ de sectores como el Park Way), las salas de exposición de arte, y por qué no, los maravillosos grafitis y murales que adornan calles como la 26 y la Avenida Suba.

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Bogotá es… así como con la historia, podríamos extendernos y escribir páginas y páginas de lo que es nuestra capital. Pero nos gustaría celebrar estos 484 años leyendo, en los comentarios, lo que para usted es Bogotá. Así como también qué anécdotas le han dejado sus calles y qué datos curiosos albergan.