Los habitantes del sector enfrentan la contaminación del aire y el suelo por la voladura de un tramo del oleoducto y un incendio en las zonas aledañas que está destruyendo parte de la vegetación. Adicionalmente, el derrame de crudo genera impactos adversos en el suelo y las aguas subterráneas, indicó Semana.

Ecopetrol detalló en un comunicado que el atentado ocurrió en la vereda (caserío) de El Líbano, en el municipio de Orito, y causó “la rotura de la tubería”, pese a que la infraestructura no se encontraba en operación.

Después del ataque, Ecopetrol informó al Consejo Municipal de Gestión de Riesgo y Desastres de Orito y la fuerza pública inició trabajos de seguridad para que funcionarios de la compañía “puedan atender la situación”.

Por eso, las autoridades ofrecieron 10 millones de recompensa a quien entregue información de los responsables, pues hasta el momento se desconoce quién está detrás del hecho, añadió RCN Radio. Sin embargo, en esa zona del país operan disidencias de la antigua guerrilla de las Farc.

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El atentado fue rechazado por Ecopetrol por poner “en riesgo la integridad y seguridad” de las personas y afectar a las comunidades vecinas, los recursos naturales y el medio ambiente.

El oleoducto Transandino tiene capacidad para transportar 85.000 barriles de crudo al día provenientes del departamento de Putumayo hacia el puerto de Tumaco, el segundo en importancia del país en el Pacífico.

El último atentado registrado por Ecopetrol en el país ocurrió el pasado 10 de agosto cuando desconocidos atacaron el oleoducto Caño Limón Coveñas, en Arauca, con el que se completaron 26 afectaciones a esa infraestructura del transporte de hidrocarburos durante 2019.

El año pasado la infraestructura petrolera colombiana sufrió 107 atentados, de los que 89 afectaron al oleoducto Caño Limón-Coveñas y 18 al Transandino.