“Los educadores también necesitamos ser educados” dijo Mockus, que según Caracol Radio llegó al borde de las lágrimas mientras decía que le gustaría que en el Congreso reinara la solemnidad que merecen las actividades que se llevan a cabo en ese lugar.

Según la emisora, Mockus insistió que se bajó los pantalones el 20 de julio (día en que se posesionó el nuevo Congreso) para pedir silencio y que se respete la palabra de sus colegas. El Senador está dispuesto a aceptar la sanción que se le imponga, y aunque sí estaría contemplada una penalidad tras el ‘acto inmoral’, en la historia del Congreso no hay registro de un congresista que pida explícitamente ser castigado.

Según revela Semana, la bajada de pantalones podría ser calificada como una acción en contra de la “moralidad pública”, que dentro del Código de Ética y Disciplinario de esa entidad podría tener penas con una duración entre 10 y 180 días.