Ese día, Arias quedó detenido inmediatamente después de concluida la audiencia, pues el juez O’Sullivan consideró que existe riesgo de fuga.

Para frenar la extradición, el exministro presentó en octubre pasado un “habeas corpus” dirigida contra el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions; el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, y el jefe en activo del centro de detención de Miami, Robert Wilson. De igual forma solicitó su libertad bajo fianza.

El político ha argumentado en su defensa la inexistencia de un tratado de extradición vigente entre ambos países, premisa que ha sido rechazada por la Fiscalía, que representa al Gobierno colombiano.

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También ha enfatizado que la embajada estadounidense en Bogotá, a sabiendas del proceso criminal que enfrentaba, lo asistió para llegar a este país y buscar asilo, lo cual efectivamente hizo en junio de 2014, pocos días antes de ser condenado en ausencia en Colombia.

Sin embargo, durante el juicio John O’Sullivan no le permitió la citación de tres empleados de la embajada de EE.UU. en Colombia y uno del Departamento de Estado al considerarla “innecesaria” e “irrelevante”.

La Fiscalía argumenta en ese sentido que ninguna autoridad federal “le permite a Arias emitir citaciones criminales en este caso, ya que la extradición no es un proceso penal”.

En Estados Unidos, el exministro solicitó el asilo en 2014, proceso que actualmente está estancado, y en agosto de 2016 fue detenido en la ciudad de Weston, en el condado Broward (sur de Florida), a razón de una solicitud de extradición presentada por Colombia.

Arias logró salir bajo fianza en noviembre de 2016, aunque con un grillete electrónico, pero volvió a ser detenido cuando aprobaron su extradición.

Con información de EFE.