El caso más delicado, sin duda, es el del expresidente Álvaro Uribe Vélez (el más votado al Senado en la historia del país con 875.554 votos), pues la Corte Suprema de Justicia le abrió investigación formal y lo llamó a indagatoria para que responda “por los delitos de soborno y fraude procesal”.

La Corte anunció que “recaudó pruebas” para demostrar que Uribe presuntamente tenía conocimiento de la manipulación de testigos en su contra, caso por el que tuvo una confrontación con el también senador Iván Cepeda.

“Los hechos que investiga la Corte en este expediente son posteriores al pasado 16 de febrero. Ese día, la Sala de Casación Penal se abstuvo de abrir instrucción al senador Iván Cepeda y compulsó copias contra el denunciante Álvaro Uribe. Como reacción a esa providencia judicial y al parecer con su consentimiento, personas allegadas al expresidente Uribe habrían emprendido nuevos actos de manipulación de testigos”, dijo la Corte en un comunicado.

Cuando se enteró de que la Corte lo estaba citando a interrogatorio (junto con el senador Álvaro Prada), Uribe anunció a través de su cuenta en Twitter que presentará renuncia a su curul en el Senado para que su proceso de defensa “no interfiera con las tareas” que le exige su cargo, y porque se siente “moralmente impedido para ser senador”.

Si bien Uribe lanzó varios mensajes críticos contra magistrados y periodistas por la forma en que han manejado el caso, esta sorpresiva renuncia fue interpretada por sus opositores como una jugada maestra para supuestamente “evadir investigación”, como escribió Gustavo Petro en Twitter.

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El periodista Daniel Coronell, uno de los que ha revelado información detallada sobre el caso en sus columnas de la revista Semana, explicó en síntesis el proceso en el que está inmerso Uribe y que hoy lo tiene en problemas y a punto de comparecer ante la justicia.

En situación similar, aunque por un problema mucho menor, se encuentra el segundo senador más votado del país, Antanas Mockus (sacó 540.783 votos), ya que su gesto de bajarse los pantalones y mostrar las nalgas en plena instalación del Congreso, el pasado 20 de julio, es un acto que le podría acarrear sanciones disciplinarias.

Si bien Mockus se defendió y dijo que la bajada de pantalones fue una intervención puntual a modo de protesta que trató de ser “pedagógica”, el elegido presidente del Senado, Ernesto Macías Tovar, aclaró en entrevista con El Tiempo que él mismo pidió “a los abogados del Congreso que revisen de qué manera se debe disciplinar esa conducta”.

“Eso fue indecente. Al Congreso se va a debatir y a plantear argumentos, no a hacerse notar con espectáculos”, señaló Macías al diario capitalino.

El mismo medio revisó el código de ética y encontró que si la falta es considerada como leve a Mockus lo podrían amonestar de manera escrita y privada o, en el peor de los escenarios, suspenderlo de su ejercicio como congresista si la falta es calificada como gravísima.

Ante este panorama de investigaciones, indagatorias y posibles sanciones, es evidente que los dos senadores con más votantes tendrán que resolver estos problemas ante la justicia para que, en dado caso, asuman sus tareas en el Senado sin ser señalados ni cuestionados por sus opositores.