La vida de Nelly Marín, de 78 años, cambió por completo con el doloroso fallecimiento de su hija. Un hecho que no solamente le causó un luto, sino que incluso la dejó sin vivir en su propia casa, pues el yerno se apropió de la vivienda en donde residía, le puso reja a la puerta y prácticamente sacó a la señora de la vivienda en Piedecuesta, Santander, según informó El Tiempo.

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Como si fuera poco, los servicios públicos del inmueble quedaron cortados y las pertenencias de la abuela quedaron dentro de la casa a la que no se puede ingresar porque tiene varios candados que lo impiden y el único que tiene las llaves es el que fue esposo de su hija, de acuerdo con el citado medio. 

Desde ese entonces, Nelly, quien es muy querida en el barrio y desde hace 19 años la conocen en la zona, ha pedido posada y le han dado afortunadamente comida de día y noche, gracias al buen corazón de sus vecinos que se han solidarizado con su situación, según mencionó el rotativo.

Sin embargo, no todos los días recibe el mismo apoyo y hay noches donde ha tenido que dormir en la calle arropaja con una cobija que es donada. Lo peor del caso es que la situación jurídica no se resuelve, ya que la Corte Suprema de Justicia no define a quién le pertenece el inmueble, de acuerdo con el periódico.

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El yerno de doña Nelly nunca se separó legalmente de la hija de la señora que falleció y ahora es él quien quiere apropiarse de la vivienda y de los elementos materiales.