Sin embargo, entre el personal de tierra se produjo una víctima mortal: un empleado del aeropuerto falleció de un ataque cardíaco cuando ayudaba a evacuar a los pasajeros.

El Boeing 737 de la compañía UTair Airlines, que cubría un vuelo procedente de Moscú, transportaba a 166 pasajeros y seis miembros de la tripulación.

El avión consiguió aterrizar al segundo intento, ya que el primero fue abortado por los pilotos debido a las malas condiciones del tiempo.

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Tras el aterrizaje, el avión se salió de la pista y cayó en el cauce de un río próximo al aeropuerto de Sochi, a orillas del mar Negro, donde perdió un ala y parte del tren de aterrizaje, y segundos después se produjo la conflagración en la turbina izquierda.

“El estado de los dos pilotos y de los cuatro miembros del personal de cabina es satisfactorio”, dijo a la prensa el ministro de Transporte de Rusia, Yevgueni Dietrich. Se abrió una investigación para dilucidar lo ocurrido.